23 diciembre 2013. Lunes de la cuarta semana de Adviento – Puntos de oración

Me pongo en presencia del Señor.

Mucha gente  ayer estuvo pendiente de la lotería. A nosotros nos ha tocado hace mucho tiempo la lotería de conocer de cerca de Jesús.

Quizá hoy si soy estudiante no tengo clase ya. Si soy Cruzado hemos tenido un día de Retiro.

Comenzamos nuestras convivencias para preparar la próxima Junta Mayor de las Cruzados de Santa en la Semana de Pascua de 2014

Estamos en la cuarto semana de Adviento; mañana, Nochebuena. Hoy, un día para preparar el gran día de la Nochebuena. Durante estos días nos dicen nuestros amigos ‘¡felices fiestas!’ Yo les digo ‘¡Feliz Navidad!’ ¿Qué celebramos? El nacimiento de Jesús.

El evangelio de hoy nos ayuda a ver la figura de Juan Bautista. Qué importante esta figura en la vida del Cruzado.

A veces, incomprendidos en nuestro ambiente. No somos sacerdotes, no somos religiosos. Soy como tú, pero algo distinto.

El papa ha afirmado que la intervención de Dios vence la esterilidad de nuestra vida y la hace fecunda. Por tanto, ha advertido sobre la actitud de la soberbia que nos hace estériles.

Para comenzar la homilía, Francisco ha recordado que "muchas veces, en la Biblia, encontramos mujeres estériles a las cuáles el Señor da el don de la vida", comentando la lectura del día que habla de Isabel que, de estéril, tuvo un hijo, Juan. "De la imposibilidad de dar vida viene la vida", ha señalado el santo padre. Y esto, ha continuado, también "ha sucedido a mujeres no estériles", sino en las que "no tenían esperanza de vida", como Noemí que, al final, tuvo un nieto: "El Señor interviene en la vida de estas mujeres para decirnos: ' Yo soy capaz de dar vida'. También en los profetas está la imagen del desierto, la tierra desierta incapaz de hacer crecer un árbol, un fruto, de hacer germinar algo. 'Pero el desierto será como un bosque -dicen los profetas- será grande, florecerá' ¿Pero el desierto puede florecer? Sí. ¿La mujer estéril puede dar vida? Sí. Esa promesa del Señor: ¡Yo puedo! ¡Yo puedo de la sequía, de vuestra sequía, hacer crecer la vida, la salvación! ¡Yo puedo de la aridez hacer crecer los frutos!"

Así, el papa ha afirmado que la salvación es esto: "La intervención de Dios que hace fecundo, que nos da la capacidad de dar vida". Nosotros, ha prevenido, no podemos hacerlo solos. Además, ha continuado el santo padre, "muchos han hecho la prueba de pensar en nuestra capacidad de salvarnos": "¡También los cristianos, eh! Pensemos en los pelagianos, por ejemplo". Todo es gracia. Es la intervención de Dios que nos trae la salvación. Es la intervención de Dios que nos ayuda en el camino de la santidad. Solamente puede Él. “¿Pero por nuestra parte qué hacemos? Primero: reconocer nuestra sequía, nuestra incapacidad de dar vida. Reconocer esto. Segundo, pedir: 'Señor, yo quiero ser fecundo. Yo quiero que mi vida dé vida, que mi fe sea fecunda y vaya adelante y pueda darla a los otros'. 'Señor, yo soy estéril, yo no puedo. Tú puedes. Yo soy un desierto: yo no puedo, Tú puedes'”.

Esta puede ser la oración de estos días, antes de la Navidad, ha propuesto el santo padre. A continuación ha afirmado que “pensemos en cómo los soberbios, los que creen que pueden hacer todo por sí mismos, se ven”. Te brindo esta oración por si te ayuda.

“El silencio de la lengua nos ayuda a hablarle a Dios. El de los ojos, a ver a Dios. Y el silencio del corazón, como el de la Virgen, a conservar todo en nuestro corazón.” (Madre Teresa de Calcuta)

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