7 diciembre 2013. Sábado de la primera semana de Adviento – Puntos de oración


Hoy es un día de preparación para la gran fiesta de la Inmaculada Concepción. Por las vísperas se conocen las fiestas.
“Quien me halla, alcanzará la Vida…”
“Ahora, hijos míos, escuchadme. Dichosos los que siguen mis caminos. Atended el consejo y sed sabios, no lo despreciéis. Feliz el hombre que me escucha, y vela a mi puerta cada día, y permanece asiduo en sus umbrales. Quien me halla alcanzará la Vida y gozará del favor del Señor”. (Prov 32, 35) – (P. Morales, Semblanzas, diciembre p. 60)
Me parece que en  el mensaje de Jesús en el Evangelio,  que hoy nos presenta la liturgia hay un paralelismo con el texto anterior del libro de los Proverbios.
En aquel tiempo, Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, anunciando el Evangelio del reino y curando todas las enfermedades y dolencias. Al ver a las gentes se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a los discípulos: “La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al señor de la mies  que mande obreros a su mies”.
Nos imaginamos a María recorriendo los “caminos” con Jesús. Le sigue a todas las partes, con el corazón, aunque permanezca  silenciosa en Nazaret, haciendo en cada momento la voluntad de Dios. Jesús refleja, según recorre los caminos,  el corazón  de su Madre y el corazón misericordioso de Dios. Jesús sentía la presencia de su madre muy dentro. No se puede quedar con ese fuego que transforma a esta  multitud de personas con las que compartimos este día, paralizadas, extenuadas, abandonadas... Parece que están sordas al anuncio  del Reino. Pero por donde pasa, se hace presente el Reino de Dios que todo lo transforma. Si las personas no se mueven, Jesús no deja de caminar a su encuentro, si están enfermas y doloridas, Jesús, las sana.  Jesús me sana. Sana a toda persona con la que se encuentra y es capaz de mirarle a los ojos.  Él  nos conoce por dentro y sabe lo que necesitamos. Lo que a mí me toca es mostrarle mi necesidad y las de mis hermanos  que a veces no reconocen. Se compadece con todos.
Esta es la descripción del corazón de una madre llena de ternura. Un corazón que no vive para sí. Su vida es entrega total. No sabe vivir de otra forma. Es feliz, como tantas madres, de regalar la vida, perdiéndola. No tiene tiempo para mirarse a sí  misma.
Las palabras del libro de los proverbios  nos despierta para que la escuchemos: Me dice: - Si quieres ser feliz, sigue mis caminos. No te canses de escucharme.  “Haced lo que Él os diga”. Persevera cada día a mi lado. ¡Es tan fácil ser fiel cuando se está junto a María!  Hoy es un día para perder la cabeza por amor a María. Por el amor que me tiene, que nos tiene. Hoy, en el día de su fiesta, María Inmaculada,  nos ama de manera especial.
Porque si estás junto a mí, te encontrarás con la Vida. Sí, la única vida es Jesús. Y gozarás para siempre de la compañía y del favor del Señor.
“Quien me halla, encontrará la Vida”. Esta vida es Cristo, el Reino de Dios presente entre nosotros.

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