3 diciembre 2013. Martes de la primera semana de Adviento – San Francisco Javier – Puntos de oración

1. Libro de Isaías 11,1-10. Saldrá una rama del tronco de Jesé y un retoño brotará de sus raíces.

Siempre que leo este texto me viene a la memoria -porque  me siento reflejado- el bellísimo poema de Machado AL OLMO SECO en el que compara la enfermedad mortal del árbol –grafiosis- con la tuberculosis de su esposa Leonor

Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.

¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.

No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.

Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.
Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;

antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas en alguna mísera caseta,
al borde de un camino;

antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas, 
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.

Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera

Sí, después de otro año litúrgico, llega el Adviento, para abrirnos a la esperanza, la que brotó del tronco de Jesé y que nos llevará al Árbol de la Vida, en Jesús, el Mesías. No importan nuestras grafiosis ni nuestras tuberculosis espirituales, “mi corazón espera… otro milagro”. Borrón y cuenta nueva. Es tiempo de estreno, volver a empezar.

2. Salmo 71. Que en sus días florezca la justicia y la paz abunde eternamente

Paladea, saborea, internaliza, vive repitiendo despacio este salmo responsorial tan delicioso.

3. San Lucas 10,21-24 "Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños… ¡Felices los ojos que ven lo que vosotros veis!”

Gracias, Señor, porque si “Abrahán […] saltaba de gozo pensando ver mi día; lo vio, y se llenó de alegría” (Jn 8,56), nosotros te tenemos a Ti, EL MÁS PEQUEÑO, a tu Iglesia, LA MÁS HUMILDE SERVIDORA DE LA HISTORIA.

4. Hoy es la fiesta de San Francisco Javier.  Nos encomendamos a él para adentrarnos de lleno en el Adviento. Un gigante de la misión, pero siempre niño. Es lo que nos rescata el Siervo de Dios P. T. Morales:

“Grandeza, sí, pero en la sencillez más cordial y atractiva. Fascina potente y arrollador. Se lleva de calle a cuantos trata. "Acá, todos se me hacen muy amigos", escribe desde París al castillo de Javier a sus diecinueve años.  Cosme de Torres conoce a Francisco cuando ya era santo. "En la primera visita sentí en mí una flecha de amor que me atravesó el corazón. Me pareció imposible siempre en adelante poder vivir apartado de su santa conversación". Durante veintisiete meses, Javier resbaló por hielos y nieves del Japón. El mejor amigo que allí tuvo, Ninxit, se lo ganó por la cordialidad de su trato exquisito. "Es tan amigo mío, que es maravilla".

Archivo del blog