“De su plenitud todos hemos recibido gracia tras gracia” (Jn 1, 10).
Qué bueno un fin de año para, como dice el Papa Francisco, “ser memoriosos”. Hacer memoria, recordar, valorar y agradecer todos los dones recibidos gratuitamente de Dios a lo largo del último año, a punto de concluir. Infinidad de beneficios, de todo tipo y en tanta cantidad que sólo podemos rendirnos ante tanto Amor y hacer el propósito de vivir colgados de ese Amor.
Responder al Amor con amor. Dice santa Teresita que creía que nadie podía ser más amada de Dios que lo que ella se sabía y sentía. Y como quería responder adecuadamente, porque “el amor llama al amor… necesito pedirte prestado tu propio amor” (Historia de un alma). Apropiarnos esta experiencia de nuestro adalid y gran santa de los tiempos modernos y gustar de la consolación de saberse amado por Dios de un modo único. Y como ella también, pedir a Jesús que nos conceda amarle con su mismo Amor.
¿Es esto posible? Lo es, si creemos el Evangelio, pues dice Juan: “A cuantos reciben la Palabra (el Verbo, el Hijo único), les da poder para ser hijos de Dios. Estos no han nacido de sangre…, sino de Dios” (Jn 1, 5).
Por tanto, animémonos a vivir el año nuevo 2014 cimentados en las verdades de la fe: Jesús quiere vivir en mí y me da todos los tesoros de su Vida para hacer que la mía alcance la plenitud y la fecundidad. En definitiva, nunca estamos solos ni perdidos. Somos peregrinos y no nómadas errantes. Dios vive en ti. Si tú le dejas…