30 marzo 2014. Domingo de la cuarta semana de Cuaresma – Puntos de oración

Las etapas por las que va pasando la liturgia durante el año, parecen adecuarse a todas las etapas por las que va pasando uno por la vida.

En este momento del camino cuaresmal uno parece identificarse con esos momentos que se prepara para una gran prueba, un acontecimiento que requiere un gran esfuerzo previo.

También puede asemejarse a momentos de la vida en los que uno se encuentra en desierto o desolación, y no ve ningún camino o salida en este gran desierto.

Se me ocurre también que hay momentos en que te planteas dar un cambio a tu vida, un giro total, abandonar todo aquello que te hace menos persona o te aleja de Dios.

En todos los casos uno se ve turbado, cansado inquieto, sin fuerzas. ¿Quién no se siente así muchos días?

La gran ventaja y esta es la idea de fondo para el próximo día es que durante este camino de nuestra vida o este camino cuaresmal, Jesús nos sale al encuentro.

La imagen puede ser la de Jesús que se nos aparece como a la samaritana al lado del pozo, o en nuestro peregrinar por el desierto en forma de fuente que mana y corre.

Llegamos cansados, agotados y sedientos y Él nos dice. ¿Queréis que os dé beber? ¿Necesitáis recuperar fuerzas?

Y qué responderemos. ‘Señor sácianos la sed, restaura nuestras fuerzas, porque duro es este caminar por la vida.’

Jesús no nos saca del camino, no nos evita el caminar. Pero sale a nuestro encuentro, no se aparta del camino, lo recorre con nosotros. Es más nos ayuda en el camino.

Cuántas veces estos días en que me surgen los problemas de la vida, me quejo y maldigo. Le chantajeo al Señor y le digo si me quitas este problema, si curas a mi… te prometo ser mejor, cambiar… Pero Jesús no es un comerciante. La vida es como es, y tiene sus gozos y sus penas.

Eso sí, Jesús que no las eliminó de su vida, sale a nuestro encuentro para darnos el agua y el alimento para el camino.

Acércate mañana en la oración al pozo que rebosa aguas vivas. Lánzate, sumérgete en él.

Se me ocurren unos aspectos prácticos que podemos experimentar.

  • El agua calma la sed. ¿De qué tenemos sed?
  • El agua restaura el organismo. Sin agua las células se mueren, los cuerpos se secan. ¿Qué necesito revitalizar en mi vida?
  • El agua limpia la suciedad. ¿Qué tengo que limpiar en mi está cuaresma?
  • El agua da fuerza para el camino. ¿Para qué empleo el agua? ¿Hacia dónde me dirijo?

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