Miércoles de Ceniza. Acudimos al Templo a signar la frente con ceniza del Domingo de Ramos, ya que las palmas y los olivos de entonces han ardido para nosotros en purificadora llama. Tiznaremos con ceniza el cabello o la frente y, sobre todo, el corazón. Estamos, ojalá, decididos a iniciar una cuarentena virtuosa en tránsito a una Pascua de Luz y Agua, de Vino y Pan, de Alegría y Fe.
"Convertíos y creed el evangelio". Nada más y nada menos que esta es la tarea personal que nos propone la Iglesia para estos días. "Concédenos, Señor, el perdón, y haznos pasar del pecado a la gracia y de la muerte a la vida." Las cenizas son rociadas con agua bendita y sahumadas con incienso. Y se nos dibuja sobre la frente el grafiti de un tercer ojo que nos ayude a vislumbrar la verdadera senda del amor, la piedad, la esperanza...
El Miércoles de Ceniza iniciamos los cristianos un período de cuarenta días hasta la Semana Santa, sagrado tiempo en que la Iglesia nos invita a la conversión del corazón. En este primer día nos acercamos al templo a recibir en la frente, comunitaria y personalmente, un pellizco de ceniza de palmas bendecidas y cremadas el último Domingo de Ramos.
El significado esencial de este rito es, como formulaba hace años el sacerdote en la imposición, "Acuérdate de que eres polvo y al polvo has de volver" (Génesis 3,19). En nuestros días se va sustituyendo el enterramiento en sagrado por la cremación: difícilmente se nos puede olvidar este destino último, ser ceniza, cuando hemos abrazado y acaso descargado personalmente en agua o en tierra, el contenido de la vasija funeraria.
Y acabamos con la sencilla reflexión de la gran poeta cubana y cristiana, Dulce Mª Loynaz:
Para mí, Señor, no es necesario el Miércoles de Ceniza, porque ni un solo día de la semana me olvido de que fui barro en tu mano.
Y lo único que realmente necesito es que no lo olvides Tú…
Pregón de Cuaresma
Así habla el Señor.
Hermanos:
Os anuncio una buena noticia, un gran gozo para todo el pueblo cristiano:
HOY COMIENZA LA CUARESMA.
Quienquiera que seas, escucha hoy la voz del Señor:
Buscad al Señor mientras se deja encontrar.
Que el malvado abandone sus caminos
y el hombre perverso sus pensamientos,
que vuelva al Señor, y Él le tendrá compasión;
a nuestro Dios que es generoso en perdonar.
Ahora es el tiempo oportuno.
Ahora es el tiempo de recomenzar.
Ahora es el tiempo de aceptar la gracia de Dios.
No te escondas.
No te desanimes.
No te distraigas.
Vuelve al Señor, tu Dios,
porque Él es bondadoso y compasivo
lento para la ira y rico en piedad.
Nada está perdido. ¡Ven, te dice el Señor!
Más allá del pecado siempre hay un camino.
Yo soy el Camino.
Más allá de la frustración siempre hay una esperanza.
Yo soy la Resurrección y la Vida.
Quienquiera que seas, escucha hoy la voz del Señor:
Convertíos a Mí de todo corazón con ayuno, llantos y lamento.
Desgarrad vuestro corazón y no vuestras vestiduras.
Y volveos al Señor, vuestro Dios,
porque Él es bondadoso y compasivo
lento para la ira y rico en piedad.