Lectura del libro de los Proverbios (3,
27-34)
Hijo mío, no niegues un favor a quien lo necesita, si está en tu mano
hacérselo. Si tienes, no digas al prójimo: «Anda, vete; mañana te lo daré.» No
trames daños contra tu prójimo, mientras él vive confiado contigo; no pleitees
con nadie sin motivo, si no te ha hecho daño; no envidies al violento, ni sigas
su camino; porque el Señor aborrece al perverso, pero se confía a los hombres
rectos; el Señor maldice la casa del malvado y bendice la morada del honrado;
se burla de los burlones y concede su favor a los humildes; otorga honores a
los sensatos y reserva baldón para los necios.
Salmo
responsorial (Sal 14, 2-3ab. 3cd-4ab. 5)
R. El justo habitará en tu monte santo, Señor.
R. El justo habitará en tu monte santo, Señor.
El que procede honradamente y practica la justicia,
el que tiene intenciones leales y no calumnia con su lengua. R.
el que tiene intenciones leales y no calumnia con su lengua. R.
El que no hace mal a su prójimo ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío y honra a los que temen al Señor. R.
el que considera despreciable al impío y honra a los que temen al Señor. R.
El que no presta dinero a usura ni acepta soborno contra el inocente.
El que así obra nunca fallará. R.
El que así obra nunca fallará. R.
Lectura del
santo evangelio según san Lucas (8, 16-18)
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: -«Nadie enciende un candil y lo
tapa con una vasija o lo mete debajo de la cama; lo pone en el candelero para
que los que entran tengan luz. Nada hay oculto que no llegue a descubrirse,
nada secreto que no llegue a saberse o a hacerse público. A ver si me escucháis
bien: al que tiene se le dará, al que no tiene se le quitará hasta lo que cree
tener.»