6 septiembre 2014. Sábado de la XXII semana de TO – Nª Sª de Guadalupe – Puntos de oración

Siendo sábado tenemos un motivo más para hacer de una manera especial nuestra oración mañana de la mano de la Virgen bajo la advocación de Guadalupe de España a la que “tantos hijos antes de salir como emigrantes hacia otros países, venían a postrarse ante la imagen y junto con las generaciones de esta tierra de España, caminaba también María, la Madre de  Cristo. Y en los nuevos lugares donde habitaban, ella saludaba en el poder del Espíritu Santo, a los nuevos pueblos que respondían con la fe y la veneración a la Madre de  Dios”. (Palabras de Juan Pablo II  en su visita a Guadalupe, 4 nov.1982).
            Un santuario con tanta riqueza histórica donde encontramos un compendio, desde su nacimiento casi hasta nuestros días. Invito a leer la semblanza que hace el P. Morales sobre esta fiesta que entusiasma por las gestas que se han llevado a cabo bajo su protección y la cantidad de personajes que han pasado a darle las gracias y muchos se han quedado. Por eso es “Madre de la Hispanidad” donde se fragua la unidad que saltará al mundo que muestra la “Morenita” en su mano derecha mientras en la izquierda protege al Niño. Basten algunos rasgos: Gil Cordero es un pastor que encuentra la imagen a quien se aparece junto al Guadalupejo que notifica  los clérigos de Cáceres. Según una vieja leyenda fue tallada por san Lucas, el pintor de la Virgen (ningún evangelista nos ha dado tantos detalles de ella) que traen a Roma y por su intercesión se corta una peste que contagia la ciudad en tiempos de Gregorio Magno que después envía a San Isidoro de Sevilla a través de su hermano S. Leandro para que rigiese los destinos de  España, recién convertida. Para protegerla de la invasión sarracena, llevan la imagen a ocultarla en este lugar que Ella se eligió: en el corazón de Extremadura, en las estribaciones de los Montes de Toledo, cerca del pico de las Villuercas, en la Sierra de su nombre, en la divisoria de aguas del Tajo y Guadiana, entre robledales bravíos, encinares, castaños y olivos, un rincón  paradisíaco al que tuve la oportunidad de conocer y que dejó una honda impresión en mi alma. La Virgen me estaba esperando como a tantos. Sentí que me invitaba a  seguirla, con su sonrisa llena de señorío, nos enseña que además de Madre, es Reina, simboliza la Maternidad Divina.
            Quien no haya experimentado una gracia así, le invito que vaya por allí. Yo no pensaba que la tenía reservada para mí tan tarde, pero no podré olvidarlo. Tanto es así que todas las mañanas la recuerdo con su sonrisa irresistible, al pedir por los misioneros. Tantos han pasado por allí antes de emprender el viaje que quizá nunca iban a regresar, que Ella les estampaba su sello de fidelidad de Madre.
            Es Madre de una nación que nace ante la cual no cabe otra actitud que la de darle gracias como hacen los Reyes Católicos, justo a la vuelta de la conquista de Granada: “Se nos entregó la ciudad de Granada con todas sus fuerzas y sus tierras, para que hagáis gracias a  Dios Nuestro Señor que tuvo por bien de vos oír , y dar en esto el fin deseado…”le escribían al prior el 2 de enero 1492 y el 9 de junio se presentan los Reyes en Guadalupe para dar gracias a La Morenita y ofrecerles valiosos trofeos de la batalla” Así nos lo dice el P. Tomás Morales en la semblanza.
            Que mañana en la oración, el encuentro con La Virgen de Guadalupe nos muestre a Jesús, fruto bendito de su vientre y podamos decir con el aleluya de la misa: “El que me hablare, hallará la  VIDA y alcanzará del Señor la salvación”.

            Quizá nos ocurra como a Juan de Dios que, aconsejado por Juan de Ávila y escuchando sus sermones se convirtió; le aconseja a Juan de Dios peregrinar a Guadalupe para que María le indique su vocación y la Virgen le dice: “Juan de  Dios, vísteme a Jesús, y así aprenderás a vestir a los pobres enfermos”. Como podemos ver, la Virgen nunca falla y nos da la respuesta. Que mañana nuestro encuentro en la oración sea así de fecundo y acabemos dándole gracias: Gracias, Madre buena, de la sonrisa, Morenita, Virgen de Altamira.

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