3 septiembre 2014. San Gregorio Magno, papa y doctor – Puntos de oración

Nos recuerda a los papas “magnos”, grandes, de la historia, y nos invita a lo más grande, al “magis” de San Ignacio de Loyola, lo que más. Fue el primer Papa monje, estilo que introdujo en la espiritualidad y liturgia de su pontificado. Publicó la Regla Pastoral, que fue el código de los obispos durante la Edad Media. Restauró la disciplina. Una de sus grandes obras fue la conversión de Inglaterra, por el envío de monjes, capitaneados por Agustín de Cantorbery. En su tiempo los visigodos abjuraron el arrianismo en el Concilio III de Toledo el 589. Renovó el culto y la liturgia con el famoso Sacramentario. Dio al pontificado un gran prestigio, como San León Magno. Renovó la práctica de las estaciones cuaresmales en las iglesias romanas, para las que compuso Cuarenta homilías sobre los Evangelios. Fomentó las buenas obras, la piedad, el culto de las reliquias, las devociones populares. La reforma más famosa fue la del canto, llamado por ello gregoriano.

Nos vendrá muy bien encomendarnos al santo mediante su Oración colecta:

“Señor Dios nuestro, que cuidas a tu pueblo con misericordia y lo gobiernas con amor, por la intercesión del Papa san Gregorio concede el espíritu de sabiduría a quienes encomendaste la conducción de tu rebaño, y haz que la santidad de los fieles sea el gozo eterno de sus pastores. Por NSJ

2. “NOSOTROS SOMOS COLABORADORES DE DIOS, Y VOSOTROS CAMPO DE DIOS, EDIFICIO DE DIOS” 1 Cor 3,1-9

¡Qué maravilla que el Señor nos haya seleccionado, nos haya contratado para trabajar en su campo, para construir su edificio! Él no tiene otras manos, otros pies, otros labios, otro corazón… que el nuestro.

3. FELIZ LA NACIÓN CUYO DIOS ES EL SEÑOR... NUESTRA ALMA ESPERA EN EL SEÑOR; …NUESTRO CORAZÓN SE REGOCIJA EN ÉL”. Salmo 33(32), 12-13.14-15.20-21. ¡Hay que paladear estos bocados tan apetitosos, tan deliciosos! Sí, felices nosotros, porque nuestro Dios es Cristo, el Dios humanado el Hombre Dios. Y saltamos de gozo, ¡qué feliz soy, soy hijo suyo, hijo de Dios!

4. “ELLA SE LEVANTÓ Y SE PUSO A SERVIRLOS”

“La suegra de Simón tenía mucha fiebre, y le pidieron que hiciera algo por ella. Inclinándose sobre ella, Jesús increpó a la fiebre y esta desapareció. En seguida, ella se levantó y se puso a servirlos”. Lc 4,38-44.

Un sabroso comentario de San Jerónimo en sus Homilías sobre el evangelio de Marcos, nº 2; PLS 2, 125s y que titula Cristo médico: “La suegra de Simón estaba acostada; tenía fiebre”. Que Cristo pueda venir a nuestra casa, entrar y curar con una sola palabra la fiebre de nuestros pecados. Cada uno de nosotros tiene fiebre. Cada vez que nos encolerizamos, tenemos fiebre; todos nuestros defectos son otras tantas subidas de fiebre. Pidamos a los apóstoles que oren a Jesús para que venga a nosotros y nos coja de la mano; porque en cuanto él habrá tocado nuestra mano, la fiebre desaparecerá”.

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