10 febrero 2015. Martes de la quinta semana de Tiempo Ordinario – Puntos de oración

Comenzamos un nuevo día poniéndolo en manos de Dios, dejándole que actúe a través nuestra.
Hoy Jesús nos llama la atención, nos recuerda que el culto no puede estar vacío, no podemos realizar nuestra oración con los labios, sino con el corazón, no podemos estancar nuestra oración al momento de la capilla o de intimidad con Dios sino que hay que dar vida a este culto en cada una de las cosas que hacemos.
Suenan fuertes y enfadadas las palabras de Jesús contra la hipocresía y cuántas veces nosotros juzgamos a otros o nos comparamos por hacer o dejar de hacer ciertas normas, o cuántas veces hacemos las cosas olvidados de amar realmente a Dios. Tenemos nuestro corazón endurecido, viviendo alrededor de tantos hombres que no conocen a Dios sin escandalizarnos ni ponernos en marcha para acercarles a la Vida. Vivimos rodeados de cristianos que no se comportan como tal, y nuestro duro corazón no es capaz de ver cuánto daño hace esto a Dios para salir a su encuentro y tratar de ayudarle. Vivimos, incluso, anteponiendo formalidades a las personas, personas que necesitan de nuestra ayuda para llegar a Dios.
Quizás como a los fariseos nos falta confianza, confianza en el Amor que Dios nos tiene y confianza en que Él lo puede todo, confianza en nuestra Madre del cielo, confianza en que podemos ser santos, confianza en que nuestras miserias no son un obstáculo para Dios si nos dejamos hacer y somos humildes, confianza para dejar hablar a Dios en nuestra vida y convertir la hipocresía en sencillez.

Vamos a pedirle a nuestra Madre que nos guarde en su corazón durante todo el día, para vivir desde allí la voluntad de Dios.

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