9 enero 2015. Lunes de la quinta semana de Tiempo Ordinario – Puntos de oración

Para comenzar la oración: “Y vio Dios que era bueno”
Si hoy, y todos los días de nuestra vida, comenzáramos el día con una mirada a lo alto que reconociera la bondad de Dios, ¿no os parece que cambiaría mucho nuestra vida? Es la realidad primera de nuestra vida, es la alabanza que desde la creación del mundo se dijo por primera vez al ver la obra del creador. El mundo, la luz, el agua, el cielo, al tierra, las semillas, los árboles, las lumbreras del cielo… “Y vio Dios que era bueno”.
Repasa tu vida, en oración, y reconoce la bondad de Dios en ella. ¿Eres capaz de decir en este momento y vio Dios que era bueno? Sobre ti mismo, sobre tu familia, sobre tu trabajo, sobre tu dolor, sobre tu enfermedad, sobre todo lo que vives… Y vio Dios que era bueno. Si lo haces cambiará tu corazón, cambiaras tú, y cambiara todo a tu alrededor, porque transmitirás bondad, la bondad que te viene de Dios
En el centro de la oración: “los que le tocaban se ponían sanos”
Así era Jesús. Él era Dios, y por tanto la suma bondad. Transmitía fuerza, manaba de él sanación, y por eso todos se acercaban a Él, le llevaban a todos, en especial los enfermos. Al contemplar el evangelio de hoy ponemos a la humanidad doliente: enfermos, situaciones familiares y personales, también las guerras y odios entre los hombres, las persecuciones de los cristianos, los crueles e injustos asesinatos. Todo eso se lo tenemos que acercar hoy a Jesús en la oración. Todo eso no refleja la bondad de Dios. Todo eso tiene que ponerse en contacto con Jesús, como dice el evangelio de hoy “tocar su manto” para que alcance la curación.
En la oración nos convertimos, y tenemos que ser conscientes de ello, en sanadores del mundo, con Jesús. En la oración acercamos al señor el mal, esa es nuestra misión. ¿No te parece apasionante? No escatimes fuerzas ni tiempo, al señor en la oración. Porque podemos hacer mucho por nuestro mundo.
Oración final. “goce el Señor con sus obras” (Del salmo responsorial)

Cuantas son tus obras Señor, y todas las hiciste con sabiduría, la tierra está llena de tus criaturas, ¡Bendice alma mía al Señor!

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