2 febrero 2015. La Presentación del Señor – Puntos de oración

"La Jornada Mundial de la Vida Consagrada, que venimos celebrando en la Iglesia cada 2 de Febrero -en la festividad de la Presentación del Señor en el Templo- desde que fue instaurada por S. Juan Pablo II en 1997, tiene en esta ocasión un brillo especial al situarse en el marco del Año de la Vida Consagrada convocado por el santo padre Francisco y coincidir, además, con el Año Jubilar Teresiano; es un precioso regalo para la Iglesia, a la vez que una gran oportunidad de evangelización". Con estas palabras comenzaba su mensaje  el Presidente de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada, Mons. Vicente Jiménez Zamora, Arzobispo de Zaragoza.
Creo que nuestra oración en este día será fácil y gozosa, sobre todo para aquellos, que por la Misericordia de Dios, hemos sido llamados a la vida consagrada, de una manera o de otra...
La festividad de la Presentación del Señor, tiene todavía para nosotros como un eco de las pasadas Navidades... Recuerdo las ideas que utilicé en la homilía del 24 de Diciembre, y que me gustaría resaltar en estos puntos. Compartía con quienes me escucharon, que Dios se revela, en la persona de Jesucristo, a tres grupos de personas: El 1º Grupo lo componen: Los sencillos, los pequeños, los humildes, en una palabra los pastores... El 2º Grupo lo constituyen: Los que buscan a Dios con rectitud y pureza de intención, los magos... Y el 3º Grupo aparece en el evangelio de este día: Son los que esperan a Cristo con una vida de fidelidad en la piedad, Simeón y Ana...
Os invito a poner los ojos en estos dos personajes y captar el mensaje que nos dan a través de sus palabras y de sus actitudes...
Simeón: Hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel. El Espíritu Santo moraba en él, se le revelaba y lo impulsaba.
Ana: Mujer anciana, casada y viuda, no se apartaba del Templo, servía a Dios con ayunos y oraciones. Daba gracias a Dios y profetizaba sobre el Niño.
Creo que merece la pena, que mientras contemplamos a la Sagrada Familia, nos fijemos en estas dos vidas, y reflexionemos sobre la nuestra... ¿Qué relación tenemos con la virtud? ¿Somos hombres y mujeres con esperanza...? ¿Hasta qué punto somos conducidos por el Espíritu Santo? ¿Cómo servimos a Dios? ¿Le damos gracias...?
¡Qué fácil es reconocer a Dios cuando vivimos en su órbita...! ¡Qué difícil cuando nos salimos de ella!
Hemos apuntado tres grupos de personas a las que se les reveló el Misterio de la Natividad de Cristo, pero también existieron otros tres grupos de personas que se perdieron la oportunidad de esta manifestación... Permíteme que los resalte también, pues podemos sacar alguna lección de sus vidas frustradas. El grupo representado por el posadero de Belén, que representa a aquellos que solo están preocupados por tener... Luego está el grupo encabezado por el rey Herodes, obsesionados por salvar su poder y su dominio…; y no podían falta el grupo de los intelectuales de su tiempo, escribas y fariseos, capaces de conocer el lugar del nacimiento, pero incapaces de visitarlo... Y es que Dios no se revela a aquellos que están dominados por el deseo de tener, el deseo de poder, o el deseo de saber, pues no hay espacio para nacer en un corazón así...

Magnífica oportunidad, la que nos da la fiesta de este día, para que a su luz, podamos iluminar nuestras vidas con la candela de las virtudes. Que así sea.

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