21 abril 2015. Martes de la tercera semana de Pascua – Puntos de oración

Empezamos nuestra oración invocando al Espíritu Santo: “Ven Espíritu Divino e infunde en nuestros corazones el fuego de tu amor”.

Hoy es ya tercer martes de Pascua y nuestros corazones aún vibran con la Resurrección de Nuestro Señor. Él vive y es el verdadero pan del Cielo, no es el maná que Dios dio a Moisés y al pueblo, eso sólo era un signo que anticiparía el verdadero Pan. Ese Pan es Jesucristo, la Eucaristía. Él se entregó por todos los hombres como cordero de Dios y se queda con nosotros todos los días acompañándonos y dándose en la Eucaristía. Él es verdadera comida y verdadera bebida. Es un Alimento que sacia y que no nos deja vacíos, como lo hacen los alimentos terrenales. Ojalá, como le dijo la gente a Jesús, nosotros también le digamos: ¡Danos siempre de este pan!; que tengamos ansias de comerlo cada día en la Eucaristía, que sea tan necesario en nosotros como el respirar, que nos hagamos dependientes del Señor, para que así de esta manera el Señor nos llene y haga saltar en nosotros un manantial que calme nuestra sed y llegue hasta la vida eterna.

En la primera lectura de hoy, de los Hechos de los apóstoles, se relata el pasaje del martirio de San Esteban, el primer mártir de la Iglesia. Su martirio fue semilla de cristianos e hizo crecer aún más la fe en los primeros cristianos. Lo más impactante de ello fue la frase que pronuncia, al igual que Jesús hizo en la cruz, perdonando a los que le martirizaban: ¡Señor, no les tengas en cuenta este pecado!. Entregó la vida al servicio de la fe, como diácono que era al servicio del Señor en los hermanos. Esto nos recuerda a nuestros hermanos que están siendo martirizados y que mueren por el hecho de ser cristianos en países donde son perseguidos como Siria, Irak o Nigeria. Encomendémosles para que su muerte sirva para la conversión de sus asesinos y para la salvación del resto del mundo. Les encomendamos especialmente a su Madre y nuestra Madre, María Santísima.

Rezamos hoy también por las personas enfermas que tenemos a nuestro alrededor.

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