Lectura de la carta del apóstol san Pablo a
los Colosenses (3, 14-15. 17. 23-24)
Hermanos: Por encima de todo, el amor, que
es el ceñidor de la unidad consumada. Que la paz de Cristo actúe de árbitro en
vuestro corazón; a ella habéis sido convocados, en un solo cuerpo. Y sed
agradecidos. Y, todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre
del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él. Lo que
hacéis, hacedlo con toda el alma, como para servir al Señor y no a los hombres:
sabiendo que recibiréis del Señor en recompensa la herencia. Servid a Cristo
Señor.
Salmo responsorial
(Sal 89:2-4, 12-14, 16)
R. Haz prósperas, Señor, las obras de nuestras manos.
R. Haz prósperas, Señor, las obras de nuestras manos.
Antes que fueran engendradas las montañas,
antes que nacieran la tierra y el mundo, desde siempre y para siempre, tú eres Dios. R.
antes que nacieran la tierra y el mundo, desde siempre y para siempre, tú eres Dios. R.
Tú haces que los hombres vuelvan al polvo,
con sólo decirles: «Vuelvan, seres humanos.»
Porque mil años son ante tus ojos como el día de ayer, que ya pasó,
como una vigilia de la noche. R.
Porque mil años son ante tus ojos como el día de ayer, que ya pasó,
como una vigilia de la noche. R.
Enséñanos a calcular nuestros años, para
que nuestro corazón alcance la sabiduría.
¡Vuélvete, Señor! ¿Hasta cuándo...? Ten compasión de tus servidores. R.
¡Vuélvete, Señor! ¿Hasta cuándo...? Ten compasión de tus servidores. R.
Sácianos en seguida con tu amor, y
cantaremos felices toda nuestra vida.
Que tu obra se manifieste a tus servidores, y que tu esplendor esté sobre tus hijos. R.
Que tu obra se manifieste a tus servidores, y que tu esplendor esté sobre tus hijos. R.
Lectura del santo
evangelio según san Mateo (13, 54-58)
En aquel tiempo, fue Jesús a su ciudad y
se puso a enseñar en la sinagoga. La gente decía admirada: -«¿De dónde saca
éste esa sabiduría y esos milagros? ¿No es el hijo del carpintero? ¿No es su
madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿No viven aquí todas
sus hermanas? Entonces, ¿de dónde saca todo eso?» Y aquello les
resultaba escandaloso. Jesús les dijo: -«Solo en su tierra y en su casa
desprecian a un profeta.» Y no hizo allí muchos milagros, porque les faltaba
fe.