10 junio 2015. Miércoles de la décima semana de Tiempo Ordinario – Puntos de oración

Como cada día comenzamos nuestra oración poniéndonos en manos de Dios y ofreciéndole todo nuestro día, especialmente lo pequeño, lo que nadie ve.
En el evangelio de hoy Jesús nos habla de la Ley y cómo Él no viene a abolir sino a dar plenitud. Esto puede abrirnos una primera reflexión y en un coloquio con Dios descubrir el AMOR en la base de cada Ley. Y de igual manera ver si la razón por la que nosotros las cumplimos, mejor o peor, es también el amor y no el miedo, el orgullo, o hacemos las cosas sin darle ningún sentido.
Podemos prestar especial atención a las cosas que nos parecen pequeñas, al pequeño detalle. Podemos fijarnos en Jesús (como siempre) y descubrir en el hijo del carpintero, en el nazareno, en el hombre que paso treinta años en casa, ayudando en las cosas pequeñas, sin que nadie le pudiera ver, siendo el Mesías y descubrir en esa vida oculta nuestra verdadera santidad, donde sólo si estamos muy cerca de Dios podemos vivir como deseamos y quiere Jesús.
Quizás hay cosas en nuestra vida que hemos ido pactando con ellas, miserias, cosas  que nos parecen "demasiado". También es un día para que hablemos con Dios, reflexionemos sobre estas cosas y pedirle fuerzas porque no somos capaces de hacerlas con amor y no las entendemos.

Acudamos a la Virgen y veamos como callaba cuando no entendía y lo guardaba todo en su corazón, confiada en el amor infinito de Dios nada temía, pidámosla que nos abrace y no nos suelte y nos enseñe a confiar ciegamente en Dios.

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