Antes de empezar el rato de oración de
hoy, te animo a hacer un esfuerzo en sentir la presencia de Dios; en sentir la
presencia humana de Jesús: Jesús está a tu lado y siente contigo esta mañana.
La primera lectura es uno de los textos
antológicos de san Pablo. A través de esas líneas podemos sentir cómo era este
apóstol. Le pedimos al Señor que nos transmita sólo uno poco de su espíritu
apostólico, un poco de su amor por las almas, un poco de su celo por la
salvación de las almas.
“Tengo celos de vosotros, los celos de Dios; quise desposaros con un solo marido, presentándoos a Cristo como una virgen intacta. Pero me temo que, igual que la serpiente sedujo a Eva con su astucia, se pervierta vuestro modo de pensar y abandone la entrega y fidelidad a Cristo.Se presenta cualquiera predicando un Jesús diferente del que yo predico, os propone un espíritu diferente del que recibisteis, y un Evangelio diferente del que aceptasteis, y lo toleráis tan tranquilos.”
En el Evangelio, Jesús nos enseña a
orar. La verdad es que los discípulos habían visto rezar a Jesús y les había
llamado la atención que no rezaba como los fariseos y los sacerdotes de los
judíos; por eso le piden que les enseñe a orar. Jesús le dice que cuando oren,
que no utilicen muchas palabras pues ya sabe el Señor lo que necesitamos. Ahora
en tu oración deléitate con las palabras del Padrenuestro; no en lo que piden
sino en las palabras que Dios ha elegido: “Padre”… Y ya tu oración puede transcurrir
con esta palabra y con las que siguen a continuación.
Para terminar, como dentro de poco vamos
a dejar de recibir estas ayudas durante el verano, te quiero mandar un libro
que te aconsejo leas: “El peregrino ruso”. Este libro puede añadir a tu forma
de orar algunos aspectos que te pueden ayudar. Lo tienes como archivo adjunto;
lo puedes meter en la Tablet, en el móvil o en el ordenador; si quieres lo
puedes imprimir pero de cualquier manera que lo leas te va a servir de gran
ayuda.