21 octubre 2015. Miércoles de la XXIX semana de Tiempo Ordinario – Puntos de oración

Un día más, un regalo más y como siempre ahí está Él, esperándonos, deseando que le demos la oportunidad de ser sus manos, deseando estar con nosotros. Ahí está Él, solitario en el sagrario, viendo como nos afanamos con las cosas de este mundo.
Hoy quiere mirarnos y abrazarnos. Nos mira profundo, limpio, tal cual somos y con nuestras miserias ve una maravilla; en esta mirada hoy nos dice que no dejemos de mirarle nunca, que le coloquemos en el centro de nuestra vida, en el por qué de todo nuestro día a día.
Él es lo realmente importante, no nos dejemos atrapar por sueños y empresas que tienen fecha de caducidad sino que todo lo que hagamos sea por y para Él, hoy nos recuerda que no sabemos cuál será el momento ni el lugar de nuestra muerte y por ello debemos estar alerta ¿Cómo va mi confesión?

Además de mirarnos así de tierno, nos abraza. Dios cercano y real nos lanza un abrazo quizás desde Nazaret, quizá desde los caminos, en Jerusalén, que cada uno vea recibe el regalo. Y con este privilegio de abrazo de fe nos recuerda que "Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá". Demos gracias a Dios por todos los regalos que nos hace y pidámosle fuerzas para que le dejemos hacer lo que quiera con nosotros.

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