* Primera Lectura: Tiempos heroicos fueron los que Israel vivió en la época
de los Jueces. Su misión era salvar al pueblo cuando éste caía en la apostasía
y en la consecuente explotación por parte de sus enemigos. Entre los jueces uno
de los más conocidos fue Sansón. Es cierto que su moral era dudosa, pero tenía
fe en que poco a poco se iba purificando. El tuvo como tarea librar a Israel
del acoso de sus adversarios y para hacerlo capaz de realizar esa misión fue
consagrado al Señor desde el seno de su madre. Su vida fue agitada; era fuerte
frente a los filisteos y débil frente a la mujer, y terminó su existencia
trágicamente, pero logró librar a Israel de sus enemigos. Sansón es un ejemplo de cómo el
instrumento puede ser deficiente, pero el que actúa es el Señor.
* Salmo: Sal. 70. Dios sale al encuentro del hombre, que ha sido dominado
por el pecado, o azotado por la pobreza, por la enfermedad o por la injusticia,
para librarlo de todo aquello que lo oprime, pues a Él no se le olvida que
somos sus hijos. Aún antes de
que fuésemos concebidos Él no sólo sabía nuestro nombre, sino que ya nos amaba
entrañablemente. Dios quiere
vernos libres de todas las esclavitudes, especialmente de la del pecado y de
sus consecuencias. Para eso vino al mundo hecho uno de nosotros. Pero Él quiere
continuar su obra en el mundo mediante su Iglesia, en la que ha infundido su
Espíritu Santo. Quienes pertenecemos a ella nos convertimos en transmisores
de la salvación y del Evangelio que el Señor nos ha confiado para hacerlo
llegar hasta los últimos confines de la tierra.
* Evangelio: Nos orienta esta cita de San
Agustín (354-430) obispo de Hipona (África del Norte) doctor de la Iglesia. Sermón para la natividad de San
Juan Bautista, PL 38, pág. 1327-1328) sobre
"El silencio de Zacarías": “El
nacimiento de Juan se encuentra con la incredulidad de su padre y éste se
vuelve mudo; María cree en el nacimiento de Cristo y concibe por la fe. Como no
somos capaces de escrutar las honduras de un misterio tan grande, por falta de
tiempo o de capacidad, será el Espíritu en vuestro corazón que os hablará,
incluso en mi ausencia; el Espíritu que ocupa vuestro pensamiento lleno de
afecto, aquel que habéis acogido en vuestro corazón, del que vosotros sois
templo santo.
Zacarías calla y pierde el habla hasta el nacimiento de
Juan, precursor del Señor que le devuelve la palabra. Le es devuelta el habla a
causa del nacimiento de aquel que es la voz, porque le preguntaron a Juan,
cuando ya anunciaba al Señor: “Tú ¿quién eres?” El respondió: “Yo soy la voz del
que clama en el desierto.” (Jn 1,22-23) La voz es Juan mientras que el Señor es
la Palabra: “Al principio ya existía la Palabra.” (Jn 1,1)”
Cuando ya faltan pocos días para la Navidad, conviene que
el Ángel del Señor nos encuentre preparados, como María. Es necesario tratar de
mantener la presencia de Dios a lo largo del día, intensificar nuestro amor a
Jesucristo en nuestro tiempo de oración, recibir con mucho amor y fe la Sagrada
Comunión: ¡porque Jesús nace y viene a nosotros! Y que no nos falte la visión sobrenatural en todos los
quehaceres de nuestra vida. Hemos de poner visión sobrenatural en nuestro
trabajo profesional, en nuestros estudios, en nuestros apostolados, incluso en
los contratiempos de la jornada. ¡Nada escapa a la providencia divina! Con la
certeza y la alegría de saber que nosotros colaboramos con los ángeles y con el
Señor en los planes amorosos y salvadores de Dios.
Oración Final:
Dios todopoderoso, que, según lo anunciaste por el ángel,
has querido que tu Hijo se encarnara en el seno de María, la Virgen, escucha
nuestras súplicas y haz que sintamos la protección de María los que la
proclamamos verdadera Madre de Dios. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.