10 junio 2017. Sábado de la IX semana de Tiempo Ordinario – Puntos de oración

Empezamos nuestra oración invocando al Espíritu Santo: “Ven Espíritu Divino e infunde en nuestros corazones el fuego de tu amor”.
Una vez que ya nos hemos puesto en presencia de Dios pidiendo la asistencia del Espíritu Santo, podemos repetir al Señor lentamente y varias veces: “Jesús en Ti confío, Jesús en Ti confío,…”.
Para hacer la oración de este día te sugiero dos ideas principales que te pueden servir a la luz de las lecturas de la Misa:
1- El olvido de sí mismo.
2- Las obras de Dios deben quedar al descubierto.
Hoy en el Evangelio se nos cuenta que Jesús estaba con sus discípulos en el templo y que la gente se acercaba al arca de las ofrendas a echar dinero. Como hemos leído los más ricos echaban en gran cantidad, en cambio los pobres, como aquella viuda, echaban tan sólo dos reales. El Evangelio continúa contándonos cómo Jesús no mira las apariencias y que no queda indiferente ante el gesto de la viuda. Los ricos echaban de lo que les sobraba y ella echó todo lo que tenía para vivir, es decir, se privó de ella misma y lo dio todo, se dio ella. La viuda mísera que sólo echó dos reales, echó más que nadie. Jesús destacó ante sus discípulos esta actitud, igual que hizo el arcángel Rafael en la primera lectura: “las obras de Dios deben quedar al descubierto”. Si Jesús enfatiza esta actitud es que Dios mismo la bendice, y bendice lo que es salir de sí mismo y darse a los demás aunque en ello nos vaya la vida, como a la viuda. Así lo hizo también la Virgen María cuando lo dejó todo y fue a prisa a la montaña a visitar a su prima santa Isabel. Se olvida de sí y de su comodidad, aun estando embarazada, y recorre multitud de kilómetros a pie (más de 150 km) para entregarse.
Ahora pregúntate: ¿tengo yo las mismas actitudes que la viuda o de la Virgen María? ¿Me entrego a Dios y a los demás de misma forma, o busco mi bienestar o comodidad? Desde luego esto es imposible sin la Gracia y la ayuda de Dios. Pídele a Dios que te quite el corazón de piedra y que te dé un corazón de carne. Un corazón como el de Jesús, que mira lo profundo y que es todo Amor.
Estamos en el mes del Sagrado Corazón de Jesús. Pídele a Jesús que te deje “colarte” en su corazón para poder conocer sus maravillas.   

Le pedimos a la Virgen María que interceda por nuestras necesidades ante el Padre.

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