Empezamos nuestra oración invocando
al Espíritu Santo: “Ven Espíritu Divino e infunde en nuestros corazones el
fuego de tu amor”.
Una vez que ya nos hemos puesto en
presencia de Dios pidiendo la asistencia del Espíritu Santo, podemos repetir al
Señor lentamente y varias veces: “Jesús en Ti confío, Jesús en Ti confío,…”.
Para hacer la oración de este día te
sugiero dos ideas principales que te pueden servir a la luz de las lecturas de
la Misa:
1- El olvido de sí mismo.
2- Las obras de Dios deben quedar al
descubierto.
Hoy en el Evangelio se nos cuenta que
Jesús estaba con sus discípulos en el templo y que la gente se acercaba al arca
de las ofrendas a echar dinero. Como hemos leído los más ricos echaban en gran
cantidad, en cambio los pobres, como aquella viuda, echaban tan sólo dos
reales. El Evangelio continúa contándonos cómo Jesús no mira las apariencias y
que no queda indiferente ante el gesto de la viuda. Los ricos echaban de lo que
les sobraba y ella echó todo lo que tenía para vivir, es decir, se privó de
ella misma y lo dio todo, se dio ella. La viuda mísera que sólo echó dos
reales, echó más que nadie. Jesús destacó ante sus discípulos esta actitud,
igual que hizo el arcángel Rafael en la primera lectura: “las obras de Dios
deben quedar al descubierto”. Si Jesús enfatiza esta actitud es que Dios mismo
la bendice, y bendice lo que es salir de sí mismo y darse a los demás aunque en
ello nos vaya la vida, como a la viuda. Así lo hizo también la Virgen María
cuando lo dejó todo y fue a prisa a la montaña a visitar a su prima santa
Isabel. Se olvida de sí y de su comodidad, aun estando embarazada, y recorre
multitud de kilómetros a pie (más de 150 km) para entregarse.
Ahora pregúntate: ¿tengo yo las
mismas actitudes que la viuda o de la Virgen María? ¿Me entrego a Dios y a los
demás de misma forma, o busco mi bienestar o comodidad? Desde luego esto es
imposible sin la Gracia y la ayuda de Dios. Pídele a Dios que te quite el
corazón de piedra y que te dé un corazón de carne. Un corazón como el de Jesús,
que mira lo profundo y que es todo Amor.
Estamos en el mes del Sagrado Corazón
de Jesús. Pídele a Jesús que te deje “colarte” en su corazón para poder conocer
sus maravillas.
Le pedimos a la Virgen María que
interceda por nuestras necesidades ante el Padre.