17 noviembre 2017. Sábado de la XXXII semana del T. O. – Basílicas de S. Pedro y S. Pablo – Puntos de oración

“Recordad las maravillas que hizo el Señor”. “Jesús dijo a sus discípulos una parábola para enseñarles que es necesario orar siempre, sin desfallecer”. La Palabra de Dios nos habla hoy de los dones del Señor. Y concretamente de esos pequeños dones que van entretejiendo nuestra vida. De esos dones que muchas veces se nos pasan desapercibidos o que despreciamos absorbidos por las preocupaciones. Hoy el Señor nos recuerda que debemos dejarnos querer por Él. Que es muy sencillo: basta tener otra mirada, un poco más atenta, sobre la realidad. Debemos, en primer lugar, “recordar” las maravillas que hace el Señor. Para ello tenemos que volver nuestra mirada hacia el pasado y preguntarnos: ¿dónde estuvo el Señor? Recordar es notar. Notar la presencia de lo invisible y los sobrenatural que no notamos cuando vivimos esta conversación, este rato trabajando o con nuestros hijos y familia. Descubriremos cuántas veces a lo largo del día, de la última semana, del último mes, de este curso que el Señor ha herido de muerte a los primogénitos de nuestros enemigos, nos ha cargado de oro y plata…
Y después de descubrirle en el entramado de nuestra vida, de darle gracias y de alabarle en nuestra oración sencilla y cotidiana. Después de todo eso, el Señor hoy nos pide que volvamos nuestro rostro hacia el futuro y le pidamos. Que le pidamos insistentemente, como un niño pide a sus padres, sabiendo que le van a dar lo que pide pues tiene experiencia del amor de su padre, pero sin dejar de insistir hasta que lo recibe. Nuestra insistencia será la prolongación de la alabanza iniciada ante los dones ya recibidos, será expresión de nuestra fe, que no es otra cosa que nuestra relación de confianza con nuestro Dios, nuestro Salvador y su Espíritu de gracia.

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