25 noviembre 2017. Sábado de la XXXIII semana del Tiempo Ordinario – Puntos de oración

Para los puntos de mañana nos vamos a centrar en el texto que aparece en el App sobre la Campaña de la Inmaculada. Empieza diciendo: LA UNIÓN CON DIOS SE ALIMENTA Y CRECE EN TU TRABAJO.
La unión con Dios. ¿Qué es eso de la Unión con Dios? En una primera opción es sentir continuamente (o muchas veces) la presencia de Dios, que me mira, que Jesús está a mi lado, que María está en el cielo, como asomada a un balcón y me está mirando. Pongo dos imágenes para este apartado. La primera es humana. Cuando se murió mi padre y durante mucho tiempo, mi madre, viuda, se le imaginaba continuamente a su lado, cuando entraba en la cocina, cuando iba al comedor… Yo, a veces, me imagino como si fuese un niño que está jugando en la plaza y desde un balcón me está viendo mi Madre: la Virgen. No me dice nada, pero no me quita el ojo. Cuando estoy jugando y me caigo, además de dar un suspiro, espera anhelante ver como reacciono: lloro o me enfado o me limpio y sigo corriendo. Lo mismo mira mi reacción ante un pobre que pasa por la plaza o ante un chico que me empuja u otro al que yo le atropello. Vivir con alguna idea de este tipo en el subconsciente es lo que suelen llamar sentir la presencia de Dios y es gracia mística para la que me puedo preparar, poro no merecer. Es un regalo que a Dios le gusta dar a los que están preparados.
Hay otro tipo de Unión con Dios que es el de la unión de voluntad: Hacer lo que Él quiere y querer lo que Él hace. En esta, sí que podemos dar pasos, aunque siempre con su ayuda.
Para posibilitar mejor la oración pondré un ejemplo tomando la imagen de San José en el trabajo. Tú puedes ir completando el ejemplo, o ponerte otros o intercalar peticiones… Su horario era trabajar de sol a sol. En eso que está arreglando una puerta: a la solana del medio día y cansado. Ahora piensa en Dios, ¿le gustará lo que está haciendo? Si, seguro. Las circunstancias le dicen que es lo que tiene que hacer, entonces le lanza una jaculatoria y sigue con el martillo.
Es la hora de la tarde, momento en el que los judíos rezan ¿Seguirá trabajando? Levanta los ojos por dentro, se sonríe y…
Ahora van a salir con el Niño a no sé qué visita importante y cuando ya estaban en la puerta de casa, el Niño se cae y se araña la piernecita y se mancha del todo. ¡Vaya! Ya que íbamos a salir para ir… pero levanta la vista y piensa: ¿Lo he hecho mal a posta, le he llevado por un camino malo? No, fueron cosas de la vida o cosas de los niños. Entonces esto es lo que Dios quiere dicho a través de las circunstancias. “Gracias Señor por expresar tan claramente tu voluntad y poder saber con precisión lo que tengo que hacer: limpiar al Niño…” y sonreír porque estoy practicando la unión de voluntad con Dios.
¿Qué pensar cuando un ángel le dice: levántate… y huye a Egipto? ¿Enfadado o contento porque sabes cuál es la voluntad de Dios y tienes fuerzas para cumplirla? ¿Qué pensar cuando te empieza a doler el pecho y a toser y ves que no puedes trabajar? Levantas la vista al Padre y cuando te acuestas por pura necesidad, lo haces unido a Dios de voluntad.

Santa María, así me gustaría vivir a mí. Consíguemelo Tú.

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