“Rezar a Dios por vivos y difuntos”.
Ese estribillo del Musical “Contigo” puede ser como un pensamiento de fondo de
este día, que acompañe también nuestra oración.
La misma canción podemos utilizarla para
empezar la oración, para ponernos en presencia de Dios, para meditar, para
pedir, pedir mucho.
Rezar a Dios por vivos y difuntos
para estrechar el amor que habita entre nosotros.
Rezar a Dios por vivos y difuntos
para que encuentren la paz en ese mismo Dios.
para estrechar el amor que habita entre nosotros.
Rezar a Dios por vivos y difuntos
para que encuentren la paz en ese mismo Dios.
Con la oración uniremos dos mundos
separados
por el telón de la muerte subiéndose o bajando.
La vida eterna ya empezó el día en que nacimos
nosotros aquí, ellos allí, unidos en racimo.
por el telón de la muerte subiéndose o bajando.
La vida eterna ya empezó el día en que nacimos
nosotros aquí, ellos allí, unidos en racimo.
Una cadena de amor enlaza nuestras
vidas.
Simples palabras, pequeños ruegos, cantos, misas
son oraciones que van desde la tierra al cielo
y otras que vienen desde allí colmando nuestros sueños.
Simples palabras, pequeños ruegos, cantos, misas
son oraciones que van desde la tierra al cielo
y otras que vienen desde allí colmando nuestros sueños.
No hay color, saber, sabor que no se
acepte dentro,
que el mismo Dios es quien nos dice “a ti también te quiero”:
el bueno, el malo, el blanco, el gris, el feo, incluso el guapo…
Nos necesitamos, hoy por ti, mañana por mi hermano.
que el mismo Dios es quien nos dice “a ti también te quiero”:
el bueno, el malo, el blanco, el gris, el feo, incluso el guapo…
Nos necesitamos, hoy por ti, mañana por mi hermano.
Rezar a Dios por vivos y difuntos
para estrechar el amor que habita entre nosotros.
Rezar a Dios por vivos y difuntos
para que encuentren la paz en ese mismo Dios.
para estrechar el amor que habita entre nosotros.
Rezar a Dios por vivos y difuntos
para que encuentren la paz en ese mismo Dios.
El evangelio de hoy también ha de estar
presente en nuestra oración de hoy.
Nos puede ayudar ir repitiendo estas
frases de Jesús:
«Que no tiemble vuestro corazón;
creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas
estancias»
«Cuando vaya y os prepare sitio,
volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros. »
Una idea final: Hoy, igual que ayer, los
cristianos celebramos que hay vida después de la muerte, que esa vida es vida
en plenitud, que Dios no nos deja ni nos dejará tirados para siempre, que esta
vida –tan llena a veces de sinsabores y dolores– tiene sentido. Porque nos
fiamos de la palabra de Jesús, de su vida y del testimonio de aquellos
discípulos suyos que lo vieron resucitado.
Que Santa María siga alentándonos para
contagiar a otros esta fe.