Hoy celebramos a la Virgen de Lourdes en
el aniversario de sus apariciones. Nos ayudará como composición de lugar para
nuestra oración situarnos espiritualmente en la Gruta donde se aparece la
Virgen y se revela como la Inmaculada Concepción. Seguro que hemos estado de
peregrinación en más de una ocasión en ese lugar rodeado de verdor, junto a la
corriente del río Gave. Le pedimos ver su rostro de Madre y escuchar sus
palabras invitando a la conversión.
Las palabras de la Madre son pocas, pero
van a lo esencial: “¡Penitencia! ¡Penitencia! ¡Penitencia! Reza a Dios
por los pecadores” (24 de febrero), “vete a beber y a lavarte
en la fuente” (25 de febrero), “vete a decir a los sacerdotes que
se venga aquí en procesión y que se construya una capilla” (2 de
marzo), “Yo soy la Inmaculada Concepción” (25 de marzo). El
centro del mensaje es la preocupación de la Virgen por la deriva de un mundo
que va dando la espalda a Dios. Ante el gesto entristecido de la Señora,
Bernardita repite por tres veces la palabra “penitencia” que escucha de labios
de la aparición y que se trasmite como una ola entre la multitud congregada.
Nos pide, me pide a mí, que no me olvide de tantos hermanos alejados de Dios,
envueltos en la niebla de la incredulidad.
El venerable P. Morales, apóstol del
laicado, supo percibir la llamada a la misión que supone Lourdes: “Te apareces
dieciocho veces pidiendo santidad conquistadora. Quieres almas que se ofrezcan
para que los pecadores se conviertan, la juventud se salve. Tu mensaje es de
santidad y de conquista por un mundo nuevo”.
La Virgen indicó a Bernardita en el
interior de la gruta una fuente cuya agua pronto empezó a causar efectos
milagrosos. Son 70 los milagros aprobados de manera oficial e innumerables las
conversiones y gracias recibidas. Puedo sentir como dirigidas a mí esas
palabras: “Ve a beber y a lavarte en la fuente”. Esa fuente es la
misericordia de Dios que en el sacramento del perdón lava nuestros pecados y
miserias y nos hace parecernos a la blancura de la Inmaculada.
El evangelio de hoy es muy acorde con la
Jornada Mundial del enfermo que en este día de Lourdes se celebra: “cuando se
enteraba la gente dónde estaba Jesús, le llevaban los enfermos en camillas”. En
nuestra oración podemos presentar a Jesús las personas enfermas de nuestras
familias y todos los que han pedido nuestra oración. En el Mensaje del Papa
para esta ocasión se dice: “El cuidado de los enfermos requiere profesionalidad
y ternura, expresiones de gratuidad, inmediatas y sencillas como la caricia, a través
de las cuales se consigue que la otra persona se sienta querida”. ¿Puedo hacer
algo hoy por un enfermo?
Como conclusión, hago mía la súplica que
el P. Morales nos invita a hacer en estos días:
Inmaculada Madre de Dios, en estos días de tus apariciones, venimos a
pedirte un milagro… un milagro de esa catarata que desde hace un siglo vienes
derramando en Lourdes… el milagro que más te gusta dispensar. Queremos
ardientemente entrar en el camino de la santidad. Santidad sencilla y alegre
como la tuya, sin acciones brillantes, que se sepa ocultar siempre sin llamar
la atención nunca.