Gracias, Señor, porque tengo la
oportunidad de formarme diariamente y alimentar mi alma con tu Palabra.
Perdóname las veces que no escucho tu
Palabra, o la escucho con poca atención.
Dame hoy el don de comprender con
sencillez qué repercusiones tiene tu Palabra viva en mi vida.
· Nos metemos
en las vivencias de San Marcos, recordando aquel día tan especial.
· Jesús
siente compasión de la gente; ama de forma humana, y eso le lleva a tomar
decisiones y actuar.
· Pide
nuestra colaboración: unos tienen que estar situados en un lugar, otros tienen
que repartir, otros que contar…
· Contemplamos
cómo Jesús bendice los alimentos, dando gracias; intentemos ponernos en sus
sentimientos; qué significado hay, qué trasfondo…
· Después del
gran milagro, Jesús no se queda más tiempo de la cuenta “disfrutando de la
situación”; sin prisa, pero sin pausa: “Enseguida montó en la barca con sus
discípulos y se fue a la región de Dalmanuta”.
Santa María, que Tú quisiste que ya comenzara su hora en las bodas de
Caná, ¡qué contenta te encontraste de las actuaciones de tu Hijo! Ayúdanos con
tu ejemplo para mejorar nuestra constancia, y así te alegraremos con nuestras
actuaciones, siempre acompañadas de la verdadera alegría, signo principal del
que sigue a tu Hijo.