Orar por el
papa Francisco
A todos nos
sorprendió que la primera cosa que hizo el Papa Francisco al presentarse fuera
pedir que rezáramos unos momentos por él. Ha repetido esa petición muchas
veces. También la Iglesia oró insistentemente por Pedro cuando estaba en
prisión (Hechos 12,1–11). Hoy es un día propicio para esta oración pues
celebramos una fiesta del primer papa. El ministerio que Cristo le encomendó es
para todos y si hoy es contestado en alas del bien es bueno recordar la obligación
que tenemos de vivir en comunión de mente y corazón con el papa Francisco.
Esta comunión,
signo de unidad, nos hace más conscientes de que nuestra vida es una misión que
el mismo Jesús nos encomienda. Esta misión dada de forma personal se realiza,
sin embargo, comunitariamente, aportamos al trabajo común según el don de
Cristo y en comunión de mente y corazón con el sucesor de Pedro.
Oremos pues
por aquel que ha recibido un ministerio singular por el bien de todos, un
ministerio tan importante del que somos destinatarios de forma inmediata, todos
y cada uno.
El evangelio nos invita a unirnos al papa en la confesión de la fe. Hoy
también podemos hacer profesión de nuestra fe en nuestra oración cayendo en la
cuenta de que, aunque soy yo el que creo, creo con la fe de la Iglesia. Así
podríamos decir si se nos pregunta por lo que creemos, creo lo que cree la
Iglesia, cuya cabeza visible a nivel universal es el papa Francisco. Mi fe
viene completada y confirmada por la fe de la Iglesia. “Esta es nuestra fe,
esta es la fe de la Iglesia que nos gloriamos de profesar en Cristo Jesús”.