19 febrero 2019. Martes de la VI semana del Tiempo Ordinario – Puntos de oración

Nos ponemos en la presencia de Dios en este rato de oración. Adopta una postura cómoda, que te ayude a relajarte y serenarte. Toma conciencia de la presencia de Dios y de que vas a hablar con Él. Haz un acto de fe, de adoración y reverencia ante Él.
La oración es inseparable de la fe, de la esperanza y del amor… Es más cuestión de corazón que de mente y de labios.
Leo, si puedo, la lectura, reflexiono con el salmo. El Señor bendice a su pueblo con la paz- La paz: eso que todos anhelamos y queremos. Dios quiere la paz, aunque no me deje en paz.
Si hubiera paz en el interior de los corazones tendríamos paz en nuestro exterior. Vemos que es difícil encontrarla. Por nuestro egoísmo. Si nos olvidamos de nosotros y queremos que los demás sean más que nosotros vendrá la paz. Si vivimos para los demás vendrá a nosotros la paz y esta paz llegará al mundo.

La levadura es pequeña, pero se mezcla con toda la masa y la fermenta para que se haga pan. Jesús había dicho que el Reino de los Cielos es como la levadura. Pero hoy nos habla de que también hay levadura mala; la de los fariseos y la de Herodes. Estas levaduras son nuestros ideólogos, que nos llevan a no fiarnos de Jesús, por mucho tiempo que llevemos en su compañía, y a la mínima dificultad nos hacen temer y sospechar. Estas malas levaduras nos hacen olvidar todo lo que Jesús ha hecho por nosotros. Pero Él viene a sanar nuestra memoria, haciéndonos recordar hoy cuántas cosas buenas nos ha dado, empezando por su propio Cuerpo en la Eucaristía.
Qué alegría siento cada día al recibir a Jesús a primera hora y poder llevarlo conmigo todo el día.  Así intento llevar la alegría. Eso nos lo deben notar. Pienso y digo, ¡Jesús vive en mí! Señor hazme, como decía San Francisco de Asís, Instrumento de tu paz.
María, ayúdanos a llevar y construir la paz en nuestro corazón para que llegue al mundo entero.

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