18 octubre 2019. San Lucas, evangelista – Puntos de oración


“A Dios que concede el hablar y el escuchar le pido hablar de tal manera que el que escucha llegue a ser mejor y escuchar de tal manera que no caiga en la tristeza el que habla”
¿Cuál es la tarea del obrero de la mies? “Cantar la gloria del Reinado de Dios”
La temática principal del Evangelio de hoy y en parte de la lectura en la que San Pablo cuenta con los entresijos de la misión es, precisamente, la misión. Orar sobre la misión es dejarse inflamar del amor de Dios para contagiarlo. Nuestra oración debe ser misionera… ¿me preocupan la salvación de las almas? ¿Me preocupa que el Amor no sea amado? No venimos a la oración a un refugio solitario en el que “yo me lo guiso y yo me lo como”. Nuestro corazón debe estar cargado de nombres y el fruto de la oración debe ser un corazón inflamado. ¿Salgo de la oración igual que entré? ¿Quiero que la oración sea trampolín para mi vida? Quien no es activo en la contemplación no será jamás contemplativo en la acción...quien huye del silencio de la oración que se olvide de “hace oración continua” y quien huye de la “oración continua” para refugiarse en el silencio, que se olvide de que Cristo toque realmente el centro de la vida. Nos puede ayudar rezar con este himno de la liturgia de las horas:

Padre nuestro,
Padre de todos,
líbrame del orgullo
de estar solo.

No vengo a la soledad
cuando vengo a la oración,
pues sé que, estando contigo,
con mis hermanos estoy;
y sé que, estando con ellos,
tú estás en medio, Señor.

No he venido a refugiarme
dentro de tu torreón,
como quien huye a un exilio
de aristocracia interior.
Pues vine huyendo del ruido,
pero de los hombres no.

Allí donde va un cristiano
no hay soledad, sino amor,
pues lleva toda la Iglesia
dentro de su corazón.
y dice siempre «nosotros»,
incluso si dice «yo».

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