9 octubre 2019. Miércoles de la XXVII semana del Tiempo Ordinario – Puntos de oración


Nos puede ayudar a meditar hoy la curiosa historia de Jonás que venimos leyendo estos días. Nos viene bien además porque estamos en un mes misionero “extra” y esto que le pasó a Jonás es lo mismo que nos puede pasar a nosotros “militantes misioneros”.
Delante del Señor que nos pidió militar bajo su bandera, nos preguntamos si somos como Jonás que huimos de la misión que ese Señor nos manda. Ya vimos ayer que Jonás es tragado por un gran pez por querer huir del puesto asignado, y el pez lo vomita en la playa de donde tiene que ir. Es un detalle del Señor facilitarle la tarea ¿no?
Ahora Jonás se queja de haber perdido el ricino regalado. ¡Ay de los misioneros quejicas! Para esto mejor no apuntarse en esta batalla. ¿Soy yo así de quejica? En este momento de la oración quizá sea bueno dialogar con Jesús, el Señor, y hablar de esto. ¿De qué me quejo? ¿No es él el que me lo ha dado todo? ¿No soy acaso un seguidor suyo que tuvo que pasar por tantas dificultades e incluso la muerte por cumplir con su misión?
Pero la oración no es solo meditar, así que después de darle unas vueltas a este tema, puede ser bueno simplemente recitar el salmo pidiendo piedad a Dios y alabando su talante misericordioso. ¡Este es nuestro Señor!
Al rezar el padrenuestro, según la versión de san Lucas, ponemos especial atención al “Venga tu reino”, y saboreamos que para que ocurra esto que pedimos, el Señor ha dispuesto que seamos nosotros los encargados de trabajar como misioneros valientes, y no unos quejicas que huyen al primer contratiempo.
Pedir y hacer.

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