29 octubre 2019. Martes de la XXX semana del Tiempo Ordinario – Puntos de oración


Empezamos la oración ofreciendo al Señor nuestras intenciones, acciones y operaciones para que sean puramente ordenadas al servicio y alabanza de Su divina majestad.
“Los sufrimientos de ahora no pesan lo que la gloria que un día se nos descubrirá” Leer lentamente y con el corazón la primera lectura que nos ofrece la liturgia de hoy podría ser suficiente para hacer oración. Pablo nos mete en lo más íntimo de su ser y nos transmite anhelos de cielo, deseos de entrar en la “libertad gloriosa de los hijos de Dios”. Y nos exhorta a vivir, el tiempo que nos queda en esta tierra, con esperanza. ¡Qué difícil se nos hace! vivir con coherencia eso de “No he nacido para el suelo que es morada de dolor, yo he nacido para el cielo, yo he nacido para Dios”.
Vemos las noticias, Latinoamérica está agitada… Ecuador, Chile, Bolivia, Venezuela… violencia, vandalismo, incendios, saqueos, desolación, muerte…. Es verdad lo que nos dice la lectura “Porque sabemos que hasta hoy la creación entera está gimiendo toda ella con dolores de parto”… cuánta gente engañada por falsas ideologías piden, ejerciendo violencia, reformas, cambios, desarrollo, etc., buscan fuera algo que no encuentran para llenar su interior, algo que llene de sentido su existencia… ¿Dónde está entonces la esperanza de la que habla San Pablo? La respuesta la encontramos en el Evangelio. ¿A qué se parece el reino de Dios? ¿A qué lo compararé? El bautizado militante es fermento en la masa en virtud de lo que nos dice Jesús en otro pasaje del Evangelio, Lc 17,22: “El Reino de Dios está dentro de vosotros”. El Reino de Dios está más cerca de lo que nosotros pensamos. Está en un bautizado en gracia de Dios, capaz de transformar a las personas y a su ambiente mediante su testimonio. Que vivamos esta realidad con esperanza, “porque en esperanza fuimos salvados”, y que sepamos reconocer en cada momento que “El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres”.

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