Desde la víspera, militantes y miembros
del Movimiento de Santa María, nos preparamos para celebrar una de las fiestas
más entrañables de la Virgen: 7 de octubre, Ntra. Señora del Rosario. Con esta
fiesta concluye la campaña de la Visitación que nos ha ayudo a vivir el plan
del verano como una misión, en olvido de sí.
Dios te salve María, llena de gracia…
Podemos empezar la oración de hoy
contemplando la anunciación del ángel Gabriel. En un pueblo perdido, una joven
virgen está en silencio, mira a su interior y ve a Dios; mira a su alrededor y
escucha a Gabriel: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está
contigo. Y san Lucas que es quien nos narra el acontecimiento, nos
informa de algo que desde entonces se va a repetir sin fin: y la virgen
se llamaba María. En el rosario, a ser posible todos los días, bien solos o
en familia; a medida que las cuentas van deslizándose entre nuestros dedos, con
los labios, pero sobre todo con el corazón vamos repitiendo: Dios te
salve María, llena de gracia, el Señor es contigo…
El rosario es regalo de la Virgen.
El Rosario surge de la experiencia de
María y del pueblo fiel con María, pero es sobre todo una iniciativa de la
Virgen. Precisamente fue Ella quien se lo entregó a la Iglesia. Fue por medio
de santo Domingo de Guzmán, a quien se le apareció la Virgen en 1208 con un
rosario entre sus manos. Le enseña a rezarlo y le pide que lo difunda en el
pueblo de Dios. Siglos más adelante, nuevamente con el rosario en las manos, se
va a aparecer a santa Bernardita en Lourdes y a los pastorcitos de Fátima. En
Lourdes, Bernardita reza el rosario con la Señora y mientras tanto la Virgen
sonreía. “Aquí, la Virgen invitó a Bernardita a rezar el Rosario,
desgranando ella misma un Rosario. De este modo, esta Gruta se ha convertido en
la sede de una sorprendente escuela de oración, en la que María enseña a todos
a contemplar con ardiente amor el rostro de Cristo” (S. Juan Pablo II
en la introducción de los misterios luminosos del Rosario, ante la Gruta de
Lourdes, el 14 de agosto de 2004). En Fátima la Virgen se presentó como
la Señora del Rosario.
Oración marcadamente contemplativa.
El rosario es una oración
marcadamente contemplativa, como lo subrayó Pablo VI: «Sin contemplación, el
Rosario es un cuerpo sin alma y su rezo corre el peligro de convertirse en
mecánica repetición de fórmulas y de contradecir la advertencia de Jesús:
"Cuando oréis, no seáis charlatanes como los paganos, que creen ser
escuchados en virtud de su locuacidad" (Mt 6, 7). En este ratito de
oración, al ritmo pausado de la respiración y del silencio, podemos meditar un
misterio de la vida del Señor, contemplado a través de las cuentas de un
rosario entrelazado en los dedos de María. Mirar a la Señora cómo se santigua
con el rosario y cómo reza: gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo…
El poder del rosario.
El rosario es también oración de
petición, de súplica. En Fátima, María dijo a los niños: “Rezad el
Rosario todos los días para alcanzar la paz del mundo y el fin de la
guerra”. Y el P. Morales nos recuerda el poder del rosario en los
puntos de esta fiesta (Semblanzas): Nuestra arma, Madre,
será tu Rosario. Papas y santos reconocen que el Rosario
desarrolla, al mismo tiempo, la oración contemplativa de alabanza y súplica...
Te invito a que en este mes la intención del rosario de cada día sea por la
nueva evangelización. Octubre es el mes de las misiones. Recemos para que la
Iglesia, cada bautizado, mirando a la Virgen desarrolle una epopeya de amor en
la tierra, que cambie los corazones volviéndolos a Dios y las estructuras
sociales, que permitan a todos vivir según la dignidad de los hijos de Dios.
Finalmente te invito a rezar una de las oraciones más antiguas de la
Iglesia a nuestra madre.
Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre
de Dios; no deseches las oraciones que te dirigimos en nuestras necesidades,
antes bien líbranos de todo peligro, ¡oh, Virgen gloriosa y bendita! Amén.