13 enero 2020. Lunes de la I semana del Tiempo Ordinario – Puntos de oración


Acaba de terminar la Navidad. Comienza el tiempo ordinario, un tiempo sin un motivo de celebración específico. Podríamos tener la tentación de que sea un tiempo para volvernos a nuestras ocupaciones, de aflojar nuestra vivencia espiritual. Pero una voz nos lo impide: “Se ha cumplido el plazo, está cerca el Reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio”. Jesús ha nacido en nosotros en estas Navidades. Ayer el Padre nos llamó hijos amados porque su Hijo vive ahora en nosotros. Hoy es el momento de hacer fructificar ese don en nuestra vida: trabajo, familia, quehaceres cotidianos… Todo ello vivido desde el Señor: como camino de conversión, de anuncio de la Buena Nueva. Esa es la voz que el Señor quiere que escuchemos en nuestra oración de hoy. Es la voz que clama desde las lecturas de hoy. Hoy el Señor pone nuestras vidas en nuestras manos para que le respondamos: “Se ha cumplido el plazo”, “Venid conmigo”.
Hemos de acudir a la oración como quien acudía a su predicación, para ilusionarnos con su programa de vida. Para ilusionarnos con Él y el modo que nos ha dado de seguirle. Hoy es un día para reactivar esos deseos, especialmente en nuestra oración. Preguntémonos, ¿qué misiones pone el Señor en mis manos? ¿Cómo las cumpliría Él? ¿Qué ha puesto en mi vida para transformar mi corazón: una persona, una dificultad, una situación, una misión? Hemos estado contemplando al Niño-Dios en Navidad. Hoy es un día para anudar nuestra vida a la semilla que se ha plantado en nuestro corazón. Que esa semilla tire de nuestra vida. Hoy es un día para pedirle esa gracia al Señor.

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