28 enero 2020. Martes de la III semana del T. Ordinario – Santo Tomás de Aquino – Puntos de oración


En la presencia del Señor iniciamos la oración. Hoy, bajo la protección y el ejemplo de Santo Tomás de Aquino, al que la liturgia lo recuerda por su anhelo de la santidad y la dedicación a las ciencias sagradas. Y, por su intercesión, esperamos aprender tu verdad y llevarla a la práctica en la caridad.
La primera lectura nos recuerda cómo el rey David hace fiesta cuando traslada el arca de la alianza de la casa de Obededón a la tienda que le había preparado. Y podemos tomar ese símil para preguntarnos sobre nuestra actitud al recibir a Jesús-Eucaristía; si es algo rutinario o más bien mueve de alguna forma nuestro interior.
A David le suscitó también el tener generosidad con todos los que asistieron a la fiesta; les dio, un bollo de pan, una tajada de carne y un pastel de uvas pasas a cada uno. El Señor que viene a nuestro corazón, que lo llena de paz y alegría, es quien nos empuja a salir hacia los otros y hacerlos partícipes del regalo que hemos recibido.
El vivir “la fiesta de la Eucaristía” supone una actitud previa de apertura del corazón, “portones, alzad los dinteles”. Aún más, es preciso “levantar las antiguas compuertas”, porque ¿Es posible ir a la Eucaristía sin exponer ante Jesús todo aquello que es viejo, caduco y enfermo en nuestras vidas para que él nos lo sane? Es importante que lo intentemos porque es el mismo Señor en persona quien nos alimenta.
Recogemos nuevamente el corazón cerca de la Madre y hacemos nuestra “la alabanza indirecta” que Jesús le dirige: «Éstos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre».

Archivo del blog