21 enero 2020. Martes de la II semana del Tiempo Ordinario – Santa Inés – Puntos de oración


¡Encontré a David mi siervo y lo he ungido con óleo sagrado!
Podemos comenzar nuestra oración, después de ponernos en la presencia del Señor, repitiendo esta frase. Y donde dice David, poner nuestro nombre. Recordando el momento en el que fuimos ungidos con óleo santo el día de nuestro bautismo.
Ungidos porque elegidos desde antes de la creación del mundo para ser hijos de Dios. En esta clave hemos de situar toda nuestra vida, y nuestro presente.
A pocos personajes se les dedica, en la Biblia tantas páginas como a David.
Cantor y músico, poeta o político insigne, valiente guerrero, personaje que suscita envidias en Saúl y admiración de hermano en Jonatán, mujeriego hasta llegar al adulterio con alevosía, pero enemigo acérrimo de toda venganza personal...
Desde el primer momento, Dios ha intervenido ya en la historia de este joven de Belén (elección), ordenando a Samuel ungirle como rey.
Dios no se fija en las apariencias humanas, el Señor sólo atiende al corazón humano, centro y sede de toda actividad humana. El Señor escoge la debilidad humana para que así brille su poder y su gracia (1 Co 1. 27). Esta es también nuestra historia personal.
La unción es el signo de esta elección. Como en el bautismo de Jesús, también aquí desciende el espíritu sobre él de forma estable.
David es un ser contradictorio con grandes defectos, pero también con grandes cualidades, pero ante todo, hombre íntegro que sabe reconocer su culpa y pedir perdón
Dios se fija en el corazón humano, sede de actitudes, sentimientos, pensamientos..., y no en las meras apariencias humanas. ¿Qué verá en nuestro corazón? El Señor elige al menos importante de la casa de Jesé. Lo pequeño del mundo, como María, para confundir a lo grande del mundo.
¡Cómo no recordar en la oración que he sido elegido, llamado y enviado!
María, la humilde sierva, elegida y predilecta del Señor, intercede para que vivamos con intensidad evangélica nuestra condición de elegidos, consagrados y enviados.

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