14 enero 2020. Martes de la I semana del Tiempo Ordinario – Puntos de oración


El amor de Dios está en ¡todo!
La oración es... causa de múltiples y buenísimos afectos. Fortaleza en la fe, la esperanza y el amor. La humildad y la paz.
Tras las huellas de Dios: Busca la postura y el lugar adecuados. Toma conciencia de lo que quieres hacer en ese momento. Estás ante Dios. Adora y confía. Pídele saber y hacer lo que Él desea de ti. Comienza a decir interiormente, al compás de tu respiración:
Mi Dios y mi todo”.
Reposas esas palabras sin dejar de repetirlas… con suavidad y lentitud. Imprégnate de ellas.
Todo”: Amor, misericordia, belleza, bondad... Ve diciendo interiormente: “Mi Dios es amor”, “mi Dios es belleza” …
Quédate con una de ellas mientras la repites lenta y acompasadamente; recuerda tus experiencias de cualidad en la creación, en las personas y las cosas… Recuerda los momentos de tu vida en los que has admirado a alguien o algo bello. Cae en la cuenta de que esa belleza es reflejo de la infinita de Dios. Es transparencia de su belleza. Adóralo en silencio…, alaba y contempla con gratitud.
En los últimos momentos del ejercicio vuelve al “Mi Dios y mi todo”, enriquecido con todo lo contemplado. Adora a Dios fuente de donde descienden todos los bienes.
Si no te ayuda esta reflexión. Toma las lecturas del este día y medítala.
Medita el salmoMi corazón se regocija en el Señor, mi salvador.
El Señor da la muerte y la vida,
hunde en el abismo y levanta;
da la pobreza y la riqueza,
humilla y enaltece.
Puedes contemplar cómo entra Jesús en la Sinagoga y cómo le miraría la gente.
Su fama se extendió enseguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea.
¿Cómo extiendo yo la fama de Jesús entre mis amigos, compañeros, familiares?

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