1 mayo 2020. Viernes de la III semana de Pascua – San José obrero – Puntos de oración


Para comenzar nuestra oración nos ponemos en la presencia del señor, le pedimos luz al Espíritu Santo para que nos ilumine y nos ayude a seguir creciendo en esta relación de amistad que es la oración. Hoy especialmente le pedimos que nos ilumine con la luz y la alegría de la pascua.
Hoy las lecturas nos invitan a reencontrarnos con el Señor, redescubrirle y dejarle que vuelva a vivir en nosotros. Para ello primero escuchar, estar atentos y dejarle que él nos hable, muchas veces en el silencio y pocas directamente como a san Pablo, pero estar en escucha activa porque el Señor nos habla. Segundo, confiar a pesar de las dudas o de no verlo claro, tanto Ananías (creyente) como Saulo (perseguidor), no estaban seguros de lo que estaban sucediendo y tenían sus miedos, pero se dejaron hacer y confiaron en la palabra escuchada.
Para por llevar a cabo esto, Jesús mismo nos da la clave: “El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él.” ¿De Quién me alimento? ¿De Quién brota mi confianza? Qué importante cuidar el alimento espiritual ahora que los sacramentos son menos accesibles. Qué necesario que Él viva en nosotros, ahora más que nunca.  Dejemos que entre, que nos invada y nos llene de luz, desde lo más profundo de nuestro interior hasta afuera.
Escuchar, confiar y dejar que Él viva en su interior. Tres acciones que podrían resumir la vida de la Virgen María. Qué acciones más acertadas para empezar el mes de mayo. Pongamos en ella nuestros deseos de crecer en estos aspectos, de imitarla, y dejemos que ella nos abrace y nos guie.
Finalmente, compartir con Ella nuestras inquietudes de la oración, nuestros de deseos y propósitos para este mes o simplemente nuestro afecto, con toda nuestra confianza.

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