19 abril 2020. Domingo II de Pascua o de la Divina Misericordia (Ciclo A) – Puntos de oración


1. Íntimamente unidos, frecuentaban a diario el Templo, partían el pan en sus casas, y comían juntos con alegría y sencillez de corazón (Act, 2, 42)
Gracias, Señor, por resucitar en la primera comunidad, por legarnos la comunión que será el paradigma de todas las comunidades y los movimientos de la historia.
Gracias, Señor, porque tu mandato nuevo es una realidad: “amaos…como Yo os he amado”.
Aquí está todo: La eucaristía (acción de gracias), koinonía (comunión), liturgia (celebración), diakonía (servicio), martiria (testimonio), parresía (anuncio gozoso y audaz).
Señor, Jesús, que mi comunión de cada día, sea inseparable unión contigo y con mis hermanos, “para que tengamos vida y vida en abundancia”, “para que el mundo crea”. .
2. “¡Este es el día en que actuó el Señor, sea nuestra alegría y nuestro gozo!” (Salmo 118)
¡Cuántas pascuas celebradas con este salmo tan gozoso!
Lo canto en mi interior, mi Dios, y estoy a punto de explotar para comunicarlo.
Gracias por inundarnos de esta alegría desbordante que brota de tu amor eterno.
3. “Bendito sea Dios que nos hizo renacer, por la resurrección de Jesucristo, a una esperanza viva” (1 Pe, 1)
¡Qué palabras tan consoladoras frente al miedo y la angustia de nuestro tiempo! Danos fe creciente, esperanza cierta, en medio de las pruebas.
Señor, danos fortaleza para seguir amándote, para “alcanzar el término de esa fe, que es la salvación”
4. Jesús dijo a Tomás: "¡Felices los que creen sin haber visto!" (Jn 20, 19)
Señor, Jesús, creo, pero aumenta mi fe; quiero creer sin ver, pero acreciéntamela
Dame la fe de tu Madre, “hágase-estar”
Llévame al cenáculo, a mi comunidad, para vivir corporativamente tu presencia, tu paz, tu amor…y dame la fuerza para salir, aunque “me quede en casa”, orando, ofreciéndome, sirviendo, amando.
Al igual que hemos paladeado el “stábat mater”, el vía crucis, Madre mía, hazme saborear el “Regina coeli”, el vía lucis, anticipo del Cielo al que todos debemos ir. ¡Sí, al Cielo, al Cielo quiero ir! Pero con todos, pero viviéndolo aquí, en comunión con mi Dios, con mis hermanos.

Archivo del blog