17 abril 2020. Viernes de la Octava de Pascua – Puntos de oración


Durante la octava de Pascua celebramos cada día la resurrección del Señor Jesús, como lo hacemos cada domingo del año, reflejo de este día que hizo el Señor. Es el acontecimiento salvífico más importante de nuestra fe. La resurrección de Jesucristo inaugura una nueva realidad en el mundo, un cambio radical: la creatividad del amor de Dios hace una nueva creación a la que el hombre es llamado a participar mediante la fe, la esperanza y la caridad que trasfiguran la propia existencia. “Todo lo que sucedió en estas jornadas pascuales compromete a cada uno de los Apóstoles -y a Pedro en particular- en la construcción de la era nueva que comenzó en la mañana de la Pascua” (Catecismo de la Iglesia Católica 642)
Dada su naturaleza, yo diría que en cada momento de la historia somos llamados a renovar nuestra incorporación a esa era nueva; es decir, no se trata de una realidad pasada que caducó, sino de una realidad a la que nos podemos y debemos incorporar, siempre de nuevo, en cada momento de nuestra existencia.
Los apóstoles vuelven a Galilea, a su ocupación anterior a su vocación. Sin embargo, algo ha cambiado desde entonces, ellos son “pescadores de hombres”, y san Juan nos habla de una pesca simbólica de toda la humanidad con la orientación del Resucitado. Es por eso por lo que le reconoce. Pedro se deja llevar del impulso como tantas veces y será confirmado en su misión.
Hoy Jesús resucita para mí. “Resucitó, resucito, resucitaré, ¡aleluya!” (padre Tomás Morales)
Y en estos días malos de pandemia recordemos como santa Teresa acudió a la oración cuando su comunidad se vio en problemas.

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