4 abril 2020. Sábado de la V semana de Cuaresma – Puntos de oración


Podíamos empezar con una oración preparatoria breve para ponernos en presencia del señor y ofrecerle todo nuestro día. Le podemos pedir también a nuestra madre la Virgen que le conozca, le ame y le viva.
De la primera lectura el profeta Ezequiel podríamos traducirla para nuestro tiempo recordándonos como el Señor nos recoge de todos los lugares en que nos encontramos perdidos y dejados de su mano para llevarnos a su tierra, a su Iglesia y al corazón de su Santísima Madre y el suyo mismo.
Esto mismo nos dice el salmo: “El Señor nos guardará como un pastor a su rebaño”
El Señor nos rescata: “Porque el Señor redimió a Jacob, lo rescató de una mano más fuerte” Él nos rescató de la muerte y la esclavitud del pecado. Ahora que tantas personas de nuestro entorno vienen sufriendo los efectos de esta pandemia; el Señor escucha nuestra oración por nuestros familiares, amigos y desconocidos que han sido abatidos en estos momentos. “Venid a mi todos los que estéis cansados y agobiados que yo os aliviaré”. “…convertiré su tristeza en gozo, los alegraré y aliviaré sus penas” sigue diciendo el salmo.
Pero para esto hace también tener una fe confiada y audaz. Confiar que el Señor nos ha rescatado ofreciéndose el por nosotros como dice el pasaje del evangelio en boca de Caifás: «Vosotros no entendéis ni palabra; no comprendéis que os conviene que uno muera por el pueblo, y que no perezca la nación entera».
Por último, hoy sábado un texto del folleto de Cuaresma que venimos leyendo para este día para pedirle a Nuestra Madre que nos muestre más de cerca a su hijo.
Todo esto es muy difícil vivirlo. Pero tenemos una Madre a la que acudir y decirle: “Madre, dentro de mi pobreza quiero ser otro Jesús. Dejarle a Él vivir en mí. Madre, madrecita mía en la fe. ¡Ponme con tu Hijo!”. Y Ella te llevará a su lado. Te enseñará a contemplarle. Y contemplarle crucificado para que saques fuerzas.

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