13 diciembre 2020, domingo de la 3ª semana de Adviento, puntos de Oración

Hoy es un día para la alegría. A ello nos invita hoy la Iglesia. Así que es una buena ocasión para preguntarnos ante el Señor, ¿qué es lo que me da alegría? También en este día, expongámosle al Señor los motivos de nuestras tristezas. Sabemos que Él es nuestra alegría. Que la Iglesia nos invita a alegrarnos en el Señor. Por eso hoy hace suyas las palabras de San Pablo: “Estad siempre alegres”. En la oración encontramos esa alegría. Hoy es un día para gozar de la venida del Señor. La que esperamos celebrar estas Navidades. La venida final del Señor y su venida todos los días a nuestra vida en la Eucaristía, su Palabra, los sacramentos… Toda venida del Señor trae alegría porque viene a salvarnos, especialmente de nuestras tristezas. El Señor es Señor, pero también Nuestro Señor. El Señor de todo es también Nuestro Señor. En este año que hay tanta ocasión de tristeza debemos recordar que el Señor, Dueño de todo, sigue viniendo para llenarnos con su alegría. Una alegría que no cancela en estos días nuestras tristezas, pero que las supera permitiéndonos alegrarnos con Él en nuestra tristeza.

Ese es el canto de Nuestra Madre en el Magníficat. Nadie como Ella se ha alegrado en las dificultades. Porque Ella sabía que el Señor es fiel a su palabra y cumple sus promesas. Por eso su sencillez, sus problemas son ocasión de alegría. Que nuestra oración de hoy sea un unirnos al coro de sus hijos que con Ella repite: “Proclama mi alma la grandeza de Dios…”.

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