¡Hoy estamos fiesta!
He escrito una canción para nuestra Madre y
sobre esta canción serán los puntos de hoy.
“¿En dónde viviré si
tú me dejas vivir en tu corazón? ¿Por quién yo viviré si tú me
dejas vivir por tu corazón? Que todo lo que haga sea para ti.
Contigo quiero vivir”.
Ese es el regalo que nos hace Jesús en la
cruz: a su madre. Poder vivir desde María nuestra fe nos hace estar en el sitio
más cercano a Dios, nos colma de gracias y bendiciones. Esta es mi invitación
para este día, acercarnos al corazón de María para amar a Cristo desde ahí.
“María reinará en
todas las almas, para que puedan vivir y vivan feliz y una vida en abundancia,
tú nunca fallarás, María Inmaculada. Madre, aquí estoy, me ofrezco a ti, hazme
vivir”.
Siendo conscientes de este regalo para cada
una de nuestras vidas estamos llamados a llevarlo a todo aquel que Dios pone en
nuestro camino. Confiar en que María llevará a cada alma que se acerque a ella
directamente a Dios. Vamos a ofrecer hoy toda nuestra vida a nuestra madre para
que las almas tengan vida.
“Contigo siempre iré a
donde tú quieras ir, mis manos te las doy, mis ojos te los doy. Viviré en
Nazaret y donde nadie puede ver, allí tu vivirás en lo pequeño vencerás”.
Y seguir a María, vivir en su corazón es
seguir el camino de la pobreza, la humillación, el sufrimiento. Es seguir el
camino de lo escondido, en lo pequeño de cada día es donde María hará el
milagro en nuestras vidas, nadie se enterará, será discreto como siempre es
nuestra madre, pero cuando echas la vista atrás…allí siempre está ella.
María Inmaculada, me ofrezco a ti, hazme santo, enamórame de ti hijo cada día más. Tú nunca fallarás.