Jueves de la 1ª semana de Adviento. San Francisco
Javier, presbítero.
Toma la costumbre de comenzar tu rato de oración
poniéndote en la presencia del Señor. Esta táctica es muy ignaciana y nos ayuda
a entrar en contacto con el Señor desde el principio. Si es posible haz un acto
de perfecto amor de Dios: Dile al Señor que quieres tener el corazón de todos
los santos, de la Virgen santísima para amarlo con locura y decírselo: ¡¡Señor,
Jesús, te amo con todo mi corazón y con todas mis fuerzas!!
Tres puntos te propongo para la oración del día de
hoy; no es necesario hacer los tres: si en algún momento conectas con Dios de
forma especial, quédate ahí y no pases adelante, hasta que él lo quiera.
1.- Hoy es la fiesta de Francisco Javier. Este santo
es la figura que expresa la forma de ser española en el siglo XVI. El fuego de
amor por Cristo le consume. Diez años tardó en conquistar el oriente para
Cristo: La India, Filipinas, Japón y muere a la puerta de la China. Lo mismo
que tardó Cesar en conquistar las Galias o Alejandro Magno en conquistar el
imperio más grande de la antigüedad. Buena parte de ese tiempo lo pasó en los
barcos, que por falta de viento no se movían; pero ese tiempo se lo guardaba
para el Señor. Javier es un contemplativo en la acción. Es un enamorado por
Cristo que bautizó a más de un millón de personas. Los versos de José María
Pemán expresan su forma de ser:
Postrado a tus pies benditos //
aquí estoy, Dios de bondades, // entre estas dos soledades // del mar y el
cielo infinitos. // Con sal en la borda escritos // fracasos de su poder, //
vencida de tanto hacer // frente al mar y el oleaje, // ya va a rendir su viaje
// la barquilla de Javier…
Te he confesado hasta el fin //
con firmeza y sin rubor; // no puse nunca, Señor, // la luz bajo el celemín. //
Me cercaron, con rigor, // angustias y sufrimientos. // Pero de mis desalientos
// vencí, Señor, con ahínco. // Me diste cinco talentos // y te devuelvo otros
cinco.
2.- El Evangelio de hoy nos acerca al adviento: es
necesario construir nuestra vida sobre roca; por eso al comienzo de este nuevo
año litúrgico nos preguntamos: ¿Dónde se apoyan nuestras ideas? ¿Cómo son los
cimientos de mi vida? Si es roca y son firmes, te felicito; pero si descubres
que no, que son arena y agua, entonces mejor: fíate del Señor, apóyate sólo en
su fuerza: Él te sostendrá y te dará fuerzas.
3.- Por ultimo te escribo unos versículos del salmo de
hoy:
Dad gracias al Señor porque es
bueno,
porque es eterna su misericordia.
Mejor es refugiarse en el Señor
que fiarse de los hombres.
Mejor es refugiarse en el Señor
que fiarse de los hombres.
Pon sólo tu confianza en el Señor, él nunca falla y siempre está donde debe estar. Habla con Él son confianza, pídele lo que quieras y ámalo con locura.