Lectura del libro de Isaías (45, 6c-8)
«Yo soy el Señor y no hay otro:
el que forma la luz y crea las tinieblas; yo construyo la paz y creo la
desgracia. Yo, el Señor, realizo todo esto.
Cielos, destilad desde lo alto la
justicia, las nubes la derramen, se abra la tierra y brote la salvación, y con
ella germine la justicia. Yo, el Señor, lo he creado». Así dice el Señor,
creador del cielo - él es Dios -, él modeló la tierra, la fabricó y la afianzó;
no la creó vacía, sino que la formó habitable:
«Yo soy el Señor, y no hay otro.
- No hay otro Dios fuera de mí -. Yo soy un Dios justo y salvador, y no hay
ninguno más.
Volveos hacia mí para salvaros,
confines de la tierra, pues yo soy Dios, y no hay otro.
Yo juro por mi nombre, de mi boca
sale una sentencia, una palabra irrevocable:
Ante mí se doblará toda rodilla,
por mí jurará toda lengua»; dirán:
«Sólo el Señor tiene la justicia
y el poder».
A él vendrán avergonzados los que
se enardecían contra él; con el Señor triunfará y se gloriará la estirpe de
Israel.
Sal 84, 9abc y 10. 11-12 13-14
R. Cielos, destilad desde lo alto al Justo, las nubes lo derramen.
Voy a escuchar lo que dice el
Señor:
«Dios anuncia la paz
a su pueblo y a sus amigos».
La salvación está ya cerca de sus fieles,
y la gloria habitará en nuestra tierra. R. La misericordia y la fidelidad se
encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo. R. El Señor nos dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
y sus pasos señalarán el camino. R.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (7, 19-23)
En aquel tiempo, Juan, llamando a
dos de sus discípulos, los envió al Señor diciendo:
«¿Eres tú el que ha de venir, o
tenemos que esperar a otro?».
Los hombres se presentaron ante
él y le dijeron:
«Juan el Bautista nos ha mandado
a ti para decirte: “¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a
otro?”». En aquella hora Jesús curó a muchos de enfermedades, achaques y malos
espíritus, y a muchos ciegos les otorgó la vista.
Y respondiendo, les dijo:
«Id a anunciad a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan, los pobres son evangelizados. Y ¡bienaventurado el que no se escandalice de mí!».