Modo avión ON y ¡empezamos!
Según se acerca la Navidad se va
descorriendo el velo de este misterio de amor en el que nos introduce el
Adviento y, al hacerlo, puede descubrir más luces, espectáculos, música y
ofertas de consumo que la sencillez del portal, por eso debemos esforzarnos más
que de costumbre en encontrar momentos de silencio que nos permitan recorrer la
senda que va de Nazaret a Belén.
La palabra de Dios, como siempre
nos ayudará a ello. Hoy es Dios mismo quien anuncia, por boca de su profeta “Yo
soy el Señor, y no hay otro”, llamándonos a desprendernos en este final de
Adviento de todo lo que no es Él y puede impedir que le acojamos de manera
auténtica.
Si recorremos este camino de amistad con Él y lo demostramos con renuncias concretas recibiremos la paz que nos promete en el salmo: “Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos”. Porque “la salvación está cerca”, pero solo los sencillos, los que no tenían otros asuntos que atender pudieron reconocer a Dios en el niño que estaba en brazos de María. Quitemos de en medio todo lo que nos impida recibir ese anuncio de paz que es la Navidad, que ya llega y veremos auténticos milagros: “los ciegos ven, los cojos andan…”
