Para la oración de hoy podemos elegir la parábola de la oveja perdida que nos presenta el Evangelio, contemplándola desde diferentes ángulos.
Oración preparatoria
“Que todas mis intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas a tu mayor gloria, servicio y alabanza”
1. Contemplar la alegría de Dios cuando el hombre se vuelve a él.
- Jesús cuenta la parábola ante la crítica de los fariseos porque acoge a los pecadores. Él mismo es el pastor de la parábola que “ha perdido una oveja”, “va a por la descarriada hasta que la encuentra” y, al encontrarla, “se la carga sobre los hombros, muy contento”. La Sagrada Escritura recoge muchos ecos de esta alegría de la misericordia de Dios: “La alegría que encuentra el marido con su esposa, la encontrará tu Dios contigo”.(Is 62,5).
- En la oración de hoy, podemos pedir la gracia de participar de la alegría y de la ternura de Dios ante el pecador que se convierte. Él mismo nos invita a ello: "¡Felicitadme!”, de modo que entremos en la comunión de los santos, “que se alegran por un solo pecador que se convierte”.
2. Sentirme buscado y encontrado por Jesús
- También puedo contemplar la parábola poniéndome en el lugar de la oveja perdida. En la parábola este es el lugar del pecador. Es mi lugar. Y la oveja que es encontrada es el pecador que se convierte, y yo quiero alcanzar esa gracia.
- En la renovación de las promesas del bautismo que hacemos en la Vigilia Pascual renunciamos, como engaño del diablo que es, “a creer que ya estamos convertidos del todo”. Soy pues oveja que necesita ser encontrada por Jesús. Le puedo pedir hoy al Señor la gracia de abrirme a su amor que me busca, a su perdón. Y le pido a la Virgen que me alcance el don de la conversión.
3. Participar de la solicitud de Dios por el hombre
- Una forma de corresponder al amor de Dios para conmigo es ofrecerme yo para ir a buscar la oveja perdida. El apostolado consiste en participar en la solicitud amorosa de Dios por el hombre, en su celo ardiente, en su Amor Misericordioso. Escuchamos de nuevo el mensaje de la Virgen, que nos pide ofrecernos por la conversión de los pecadores. “¿Queréis ofreceros?”.
4. Examen de la oración.
- Mira qué te ha inspirado el Señor en la oración, y cómo puedes vivirlo hoy durante el día.