1. EL SANTO DEL DÍA, SAN JUSTINO MÁRTIR
¡Qué bien predica “fray Ejemplo” Y nadie como un mártir como el de hoy, Justino, filósofo de los primeros siglos del cristianismo. La oración colecta es bellísima y bastaría para la oración:
Dios nuestro, que enseñaste a San Justino a descubrir en la locura de la cruz la incomparable sabiduría de Jesucristo, concédenos, por la intercesión de este mártir, la gracia de alejar los errores que no cercan y de mantenernos siempre firmes en la fe. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Si nos enamoramos locamente de Cristo y descubrimos en su cruz la sabiduría… dejaremos todos los errores y siempre seremos fieles.
Fue el primer apologista cristiano, laico. Como buscador incansable de la verdad, profundizó principalmente en el sistema de los estoicos, los pitagóricos y de Platón. Tuvo un encuentro que le motivó a estudiar «una filosofía más noble» que las que él conocía. Así, comenzó a estudiar las Sagradas Escrituras y a informarse sobre el cristianismo San Justino tenía 30 años cuando se convirtió al cristianismo. Recorrió varios países discutiendo con los paganos, los herejes y los judíos sobre la fe. Los escritos de Justino mártir que han llegado completos hasta nosotros son las dos Apologías y el Diálogo con Trifón. En la primera Apología, San Justino protesta contra la condenación de los cristianos por razón de su religión o de falsas acusaciones. En ella fundamenta que es injusto acusarlos de ateísmo y de inmoralidad, ya que son ciudadanos pacíficos, cuya lealtad al emperador se basa en sus mismos principios religiosos. La segunda Apología es un apéndice de la primera. En su tercer libro, el mártir hace una defensa del cristianismo en contraste con el judaísmo, bajo la forma de diálogo con un judío llamado Trifón. San Justino se negó a la orden dada por Crescencio de ofrecer sacrificios a los ídolos y, confesando valientemente a Cristo, fue condenado por el juez a morir decapitado
2. Gózate en la cruz y desbordarás de alegría
La Epístola I de San Pedro 4,7-13 en línea con el ejemplo de Justino nos anima a poner “al servicio de los demás los dones que han recibido, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios” y nos anima a la cruz para llegar a la luz: “Estad alegres cuando compartís los padecimientos de Cristo, para que, cuando se manifieste su gloria, reboséis de gozo”
3. No es tiempo de higos, pero es TU TIEMPO
Evangelio según San Marcos 11,11-26: nos presenta la escena de la “higuera cubierta de hojas, se acercó para ver si encontraba algún fruto, pero no había más que hojas; porque no era la época de los higos”.
San Jerónimo nos comenta: “Si Israel hubiese creído, nuestro Señor no hubiese sido crucificado, y si nuestro Señor no hubiese sido crucificado, la multitud de los gentiles no se hubiese salvado. Creerán los judíos, por tanto, pero creerán al fin del mundo. No era tiempo para que creyeran en la cruz... Su infidelidad es nuestra fe, su ruina nuestra elevación. No era el tiempo de ellos, para que fuera nuestro tiempo”.
4. Comenzamos el Mes del Corazón de Jesús. Estamos en el Primer Viernes. Después del Mes de las Flores, llega el Mes de los Frutos.
¡Corazón de Jesús en Ti confío, porque creo en tu amor para conmigo!
Recordamos a Manolo, al mes de su partida para el Cielo. ¡“Mártir” caído en la acera al ir con ilusión amorosa a su trabajo!