9 mayo 2012. Miércoles de la quinta semana de Pascua – Puntos de oración

  • ¡Oh feliz coincidencia…! Hoy nos presenta la Iglesia, en la liturgia de este día, el mismo Evangelio que escuchamos el domingo pasado, al estar en el ciclo B. Que todo ello nos sirva para seguir profundizando en el mismo y alcanzar nuevas gracias para nuestra santificación.
  • Hagamos un poco de memoria:
    • Jesús nos da en este texto de S. Juan las dos condiciones necesarias para que nuestra vida sea fecunda:
      • 1ª condición: la permanencia en Él.
      • 2ª condición: el que aceptemos la poda…
    • Si hemos leído atentamente el texto, vemos que se repite una y otra vez la expresión “en mí”:
      • Permaneced en mí y yo en vosotros.
      • Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
      • El que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante.
      • Al que no permanece en mí, lo tiran fuera…
      • Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros…
    • Se repite la expresión “en mí” y también se asegura que “sin mí no podéis hacer nada…”
      • Yo os pregunto y me pregunto: ¿Creéis esto…?
      • Pero ¿creemos también lo que sigue después..?: “Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará.”
    • Una vez que hemos ponderado este “permaneced en mí”, pasemos al “aceptar la poda…”
      • Esto, creo yo, es más difícil que lo anterior…
      • No somos sarmientos que no dan fruto y que se cortan…
      • No.., somos sarmientos que dan fruto…, pero que es necesario podar para que lo den más abundante…
      • ¿Y cómo nos poda Dios?
        • Creo que no hay que tener mucha imaginación para saberlo.., pues estamos acostumbrados a las pruebas.., quizás a las persecuciones.., no nos faltan los obstáculos en el camino, y alguna que otra cruz…
      • La poda es necesaria, y Dios no nos va a privar de ella…
    • Menos mal que el fruto nos consuela y anima…
      • ¿Pero a qué fruto se está refiriendo S. Juan…?
        • Para el evangelista el fruto es sinónimo de amor…
        • La viña del Señor produce esencialmente caridad… Para eso ha sido plantada.., por ello es querida.., y sobre todo es cuidada…
        • En la 1 carta de S. Juan capítulo 3 se nos decía el pasado domingo: “No amemos de palabra ni de boca, sino con obras y según la verdad…” Es decir, según Cristo… ¡El es la Verdad…!
        • Por esto, el amor en la Iglesia, tiene que referirse forzosamente a este modelo y a su mensaje.
    • Terminemos nuestra oración diciéndole al Señor:
      • Que queremos dar mucho fruto en la Iglesia…
      • Que no deje de podarnos para ello…
      • Y que no queremos separarnos jamás de El…

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