Petición: Señor, alcánzame el Espíritu de Fortaleza.
Ideas: El Espíritu Santo, su presencia y acción estaba especialmente visible y palpable en la primera comunidad cristiana, como vemos en la primera lectura. Un Espíritu que es la marca diferenciadora de, por ejemplo, el bautismo de agua que había traído Juan, preparando el camino del Señor.
Nos vamos preparando ya para la gran fiesta de Pentecostés, y le queremos pedir a ese Espíritu, que es la vida de Dios en nuestra alma, que es quien nos santifica, que se haga presente y operativo en nuestra alma.
Y de manera muy especial, al hilo del evangelio, le pedimos que se derrame en nosotros con el don de FORTALEZA, para no dejar solo al Señor, para seguir a su lado, para no tener miedo al mundo, porque Él lo ha vencido.
Oramos: Cristo ha vencido al mundo, ¿pero lo ha vencido dentro de mí? Yo soy muchas veces cobarde, tengo miedo de qué dirán, miedo de quedar mal, miedo de perder la vida porque Dios me pida demasiado. Necesito, Señor, tu fortaleza para no tener miedo, para seguir a tu lado, pase lo que pase. Sin miedo
Coloquio: Con Jesús, contándole mis miedos y temores. En mi vida personal, de cara al futuro. Y sentir que va calando en mí su palabra: No tengas miedo, yo he vencido al mundo. Yo soy más fuerte. Más fuerte que el mundo. Más fuerte que tu pecado. Más fuerte que tus limitaciones. Más fuerte que tus miserias.
Y dejarme abrazar por Él hasta llegar a sentir que todo el miedo desaparece de mí.
¡Señor, sé que si estoy a tu lado nada tengo que temer!