27 mayo 2012. Domingo de Pentecostés – Puntos de oración

La gran fiesta de Pentecostés pasa desapercibida para muchos cristianos porque no comprenden su importancia. El Espíritu Santo ha pasado desapercibido en la literatura católica, o por lo menos no guarda relación alguna con su importancia. Damos mucha importancia a Jesús y a Dios Padre pero no somos conscientes que sin el impulso del Espíritu Santo no somos capaces ni de decir: “Jesús es Señor”

Jesús funda la Iglesia pero su espíritu la mantiene y la vivifica continuamente. El Espíritu de Dios es quien mantiene la creación entera.

El amor que Dios nos tiene se expresa a través de su Espíritu. No puede existir el amor entre dos personas si el espíritu no está detrás dándole forma y vida. Dios nos ama. Dios nos ha hecho a su imagen y semejanza y por eso el amor más puro que puede establecerse entre dos personas es reflejo del amor que existe entre las tres personas de la Trinidad. El amor del Espíritu es lo que une y da sentido al Padre y al Hijo en la Trinidad: el amor entre el Padre y el Hijo es precisamente el Espíritu Santo.

En el Evangelio hay un texto muy duro, es posible que sean las palabras más duras que dice Jesús en la Sagrada Escritura: Todo pecado podrá ser perdonado pero aquel que peque contra el Espíritu Santo, ese nunca será perdonado. ¿Qué será el pecado contra el espíritu para que no se pueda perdonar? Es el pecado del que rechaza el perdón, del que rechaza el amor de Dios; es el pecado que más duele al Corazón de Cristo. Jesús es acusado de ser movido por el espíritu del demonio; es decir por el odio y el mal. Justo todo lo contrario: el Amor es el espíritu que mueve a Jesús a dar la vida por todos nosotros.

Te invito a terminar tu oración contemplando el acto más grande que ha hecho el Espíritu Santo, más grande que la creación misma:

Dijo María al ángel: ¿Cómo podrá ser esto, pues yo no conozco varón? El ángel le contestó y dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre Ti, y la virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra y por eso el hijo engendrado será santo, será llamado Hijo de Dios.

La Encarnación del Verbo es obra del Espíritu Santo. Quédate junto a la Virgen disfrutando de este momento y pide: ¡Madre, alcánzanos el Espíritu Santo! Ella en este mes de mayo nos alcanzará esta gracia.

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