Hoy la Iglesia celebra la fiesta de San Matías, apóstol. Fue elegido por los Once para ocupar el puesto de Judas y anunciar en comunión con ellos la resurrección del Señor, de la que había sido testigo. Así lo narran los Hechos de los apóstoles en el capítulo 1.
Continúan en el corazón los ecos de la celebración del domingo, el sexto de Pascua, que nos sigue recordando el gran acontecimiento de la historia y de nuestra historia personal: la resurrección de Cristo, la que también san Matías anunció hasta derramar su sangre en el martirio. Una antigua tradición cuenta que murió crucificado. Lo pintan con una cruz de madera en su mano y los carpinteros le tienen especial devoción.
Aunque la liturgia este año no ha dejado hueco externo para celebrar la fiesta de la Virgen de Fátima, ella sigue estando presente de forma especial en nosotros en este mes de mayo.
Ella, que ya ha atraído hacia sí a un querido hermano nuestro, Manolo, hace justo una semana, cuando se dirigía a su trabajo, quiere recordarnos una vez más, en este mes de mayo, el mensaje de Fátima:
- Mensaje de conversión, necesaria cada día de nuestra vida.
- Mensaje de oración, respiración del alma, y en la que juega un papel muy importante el rezo del rosario.
- Mensaje de responsabilidad: la salvación de muchos depende de los ofrecimientos de unos pocos. De ahí la necesidad de ofrecernos, como los pastorcillos, por la salvación de los hombres, mediante pequeños sacrificios en medio de la vida diaria.
Vamos a pedirla a ella que sea nuestro guía en la oración de hoy, siguiendo el evangelio:
“Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor”.
“Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor”.
“Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado”.
“Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos”.
“Vosotros sois mis amigos”.
“A vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer”.
“No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto”.
“Esto os mando: que os améis unos a otros”.
La oración de hoy es muy sencilla, releer despacio, respirando profundamente tras cada frase, este evangelio del capítulo 15 de san Juan.
Luego, quedarnos con una, la que más haya resonado en el corazón, y repetirla lentamente varias veces, muchas veces.
Terminar dando muchas gracias a Dios por todo: por su amor, por su Hijo, por su Madre, por su entrega, por estas palabras que son un consuelo en nuestro caminar y nos animan a seguir adelante, siendo testigos del evangelio con nuestra vida, en medio de las vicisitudes de cada día.
Una oración final para nuestra oración puede ser la de la misa de hoy, en la que podemos encomendar de nuevo de forma especial a Manolo:
“No te canses, Señor, de colmar a tu familia con los dones del cielo, y por la intercesión de san Matías dígnate recibirnos en la luz y en la heredad de tus santos. Por Jesucristo nuestro Señor”.
