4 mayo 2012. Viernes de la cuarta semana de Pascua – Puntos de oración

Podemos plantearnos la oración de mañana por el método de la reflexión.

Las dos lecturas nos hablan del cielo. Yo pienso ir al cielo. No por gracia y fuerza mía, sino por la de Dios. Dios me ha dado muchos indicios para poder estar seguro de que va a ser así. Las veces que me ha escogido, las que me ha sacado de diversos peligros. Cuando me ha llamado a su amistad, a hacer oración todos los días. Me salvo por sus méritos. Sé que me ha dado su Gracia y me la sigue dando. Si fuese malo, tendría el argumento de su infinita misericordia futura. Como no lo soy, tengo el de su infinita misericordia pasada, presente y futura y estoy tranquilo y contento. Supongo que el razonamiento no es perfecto, pero esencialmente es bueno. ¿Tú también estás seguro de que vas a ir al cielo? ¿Te da miedo pensar estas cosas? Piénsalo este día. El resumen de la predicación cristiana, lo que ahora llaman el Kerigma, es eso: Jesús es Dios, muere y resucita y yo voy detrás. Eso es la Buena Noticia de la primera lectura.

Examen de ingreso en el cielo. Estuve buscando el cuestionario para el examen de ingreso. Me es muy importante encontrarlo para irlo preparando. Es el único examen importante de mi vida. Y lo encontré. Curiosamente no me preguntarán nada de si estoy casado o soltero, ni de mi profesión, a pesar de que le dedico muchas energías a estos temas (quizás esté haciendo el tonto trabajando tanto). Tampoco me preguntan nada de la plata que tengo, sino más bien les interesa si me he gastado la plata para bien. El cuestionario está en Mateo 25, 31-46: Venid conmigo al cielo porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed… Puedes ir pensando si te sabes y practicas las respuestas.

Yo soy profesor. ¿Qué es dar de comer? ¿Si enseño bien mi asignatura y el alumno aprende y le dan ganas de seguir estudiando y… le estoy dando de comer más que si no aprende nada? Si un guardia quiere cóbreme la coima y puedo denunciarlo y lo hago aún con riesgo, ¿estoy contribuyendo a que haya menos corrupción y a que mi país mejore? ¿Y si no lo hago, estoy propagando el hambre? (Como católico yo he dado pan reiteradamente por este método. Esto va para la mente marxista que nos dejó bien recalcada la mentira de que la religión es el opio del pueblo).

La lectura del evangelio vuelve a lo mismo: “me voy al cielo para prepararos sitio” Pero no un sitio cualquiera. Un sitio “conmigo”. Pensar y soñar en esto. En la tierra me quedan menos de 100 años de vida, (y lo estoy pasando muy bien) pero luego, como continuación de esta y según los criterios del examen, viene la otra que dura bastante más. Yo creo que hasta ahora apruebo con nota (por la gracia de Dios) pues… SONRIE.

El no soñar con el abrazo de Jesús también es una reminiscencia de los errores marxistas asimilados por nuestra civilización actual. Sueño y quiero soñar con su abrazo eterno en el cielo (Perdón marxistas y otras religiones de bibliaitis. No tengo más remedio que poner lo siguiente, disculpas. También sueño con el abrazo de María y en menor lugar con el de mi madre Felisa y luego con el de mi padre Manuel. Es muy triste pero es así y además por ese orden). El emigrante sueña con el abrazo de su madre o esposa (aunque en el viaje de regreso pueda caerse el avión) y yo sueño con el de Jesús y los otros, aunque todavía tengo riesgo de que se estrelle mi avión. Pero poco riesgo.

El cielo es un lugar de luz de alegría, de amor, donde todos los que estén a mi lado me quieren y yo a ellos. También es un cielo de todas las felicidades terrenas, donde se aprende, se hace deporte…

La Buena Nueva: cuando muera, resucito para ir al encuentro de Jesús y seguro que es para bien. Pero está en mis manos el darle la alegría de que sea para mejor.

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